El maestro venezolano Gustavo Dudamel se presentará mañana en la Ópera de Viena por primera vez, en el estreno de una nueva versión de Turandot, de Puccini.El director recordó que se ha educado como músico sinfónico y que su relación con la ópera se ha ido construyendo poco a poco desde sus primeras actuaciones en este género en Berlín y La Scala.»Tenía 24 años y cuando veo eso y me veo a mí mismo, diez años después, es increíble cuánto he aprendido», declaró Dudamel durante un encuentro con la prensa previo al estrenoDudamel, que ha dirigido muchas veces a los músicos de la Filarmónica de Viena, con los que actuará en la Ópera, aseguró que el camino hacia este escenario ha sido el adecuado para llegar finalmente a «este templo del arte». El director de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y de la Filarmónica de Los Ángeles insistió en lo importante que es para él tomarse tiempo para aprender y preparar sus nuevos proyectos.»Yo no tengo la posibilidad de hacer una ópera en dos o tres días, como muchos colegas. Yo no tengo esa habilidad. Yo necesito el tiempo de aprender, crear la atmósfera y disfrutar», aseguró.Ser un símbolo, interpreta, es el sentido de llamar la atención de las nuevas generaciones sobre la música, «es genial», afirmó. «Es como cuando eres un niño y no te gustan las verduras y cuando creces sí. Cuando se es adolescente no te gusta la música clásica pero cuando se llega a los treinta, sí. Y esa es la generación en la que tenemos que fijarnos», comparó. «No podemos presionar, desesperarnos sobre cuál será la audiencia del futuro. Está ahí. Dejémosle comer hamburguesas, podemos esperar para las verduras», dijo entre risas.


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