La llegada de la misión de acompañamiento u observación electoral de la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur, a Venezuela es una buena noticia, y lo es también la designación del ex presidente dominicano Leonel Fernández como su jefe político.Fernández es un dirigente que goza de gran respeto y prestigio dentro y fuera de su país. Es un hombre de convicciones democráticas y con una gran capacidad de diálogo, uno de los productos más escasos en nuestra nación. Tiene ante sí una difícil tarea, la de contribuir a que nuestro proceso electoral transcurra sin mayores contratiempos, para lo cual los actores principales de la contienda, el Gran Polo Patriótico y la Mesa de la Unidad Democrática, tienen que actuar apegados a la normativa electoral y garantizar que sus militantes y activistas eviten cualquier acto de provocación o violencia que puedan poner en peligro la buena marcha del proceso.Igualmente, el gobierno nacional debe actuar con acatamiento a la normativa electoral, y evitar actividades destinadas a favorecer a sus candidatos, cosa que lamentablemente ha venido ocurriendo, con lo cual pone una papa caliente en las manos de la misión de acompañamiento y del propio Consejo Nacional Electoral.Se ha anunciado que la misión de Unasur abrirá un espacio de consulta destinado a lograr que los actores políticos suscriban un documento en el cual se comprometan a respetar los resultados, en el entendido de que será sometido a consultas entre las partes. Es fundamental que así sea. Que los actores logren suscribir un texto común que le brinde al país al menos la tranquilidad de que quienes no resulten favorecidos con la voluntad popular  sabrán aceptar la decisión de las mayorías.Es muy importante, por supuesto, el día 6 de diciembre. Que durante la jornada electoral brillen por su ausencia actos que de algunas otra forma comprometan la tranquilidad y celeridad del proceso. Que se respeten las normas y ningún actor pretenda reabrir la campaña electoral con entrega de propaganda a última hora, uso de vehículos con altavoces o cualquier otra manifestación de desacato y desconocimiento de las reglas de juego.Actividades de esa naturaleza, vengan de donde vengan, no solo vulneran las normativas sino que ponen en peligro la paz y constituyen además una burla a los propios ciudadanos. Por lo demás, si durante la precampaña y la campaña algún movimiento no fue capaz de convencer a los electores es poco probable que lo logre desesperadamente el día de los comicios.Y el día 7 como los subsiguientes también son clave. Y reclamarán, más allá de los resultados, mucha madurez de las fuerzas políticas, vencedoras y derrotadas, para hacer frente con seriedad a los grandes problemas del país.La presencia de Fernández en Venezuela debería servir también para crear las condiciones que permitan impulsar un proceso de diálogo, que mucho va a necesitar el país para sortear las graves dificultades que ya tenemos y las que seguramente se avecinan en el plano político y económico. La misión de Fernández es complicada. Viene con la mejor voluntad y merece un voto de confianza.


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