Cuando el 10 de diciembre se entregue el Nobel de la Paz al Cuarteto de Diálogo Nacional Tunecino, se estará recordando el valor de la conciliación y del diálogo, pero también la capacidad de las organizaciones civiles para promover el entendimiento, encontrar salidas a las crisis y encauzar la institucionalidad.El Cuarteto recibirá el galardón por ?su decisiva contribución a la construcción de una democracia plural en Túnez tras la Revolución de los Jazmines en 2011?. La organización, dice la resolución del Nobel, ?estableció un proceso político pacífico y alternativo en un momento en el que el país estaba al borde de la guerra civil? y, añade, ?»se convirtió en un instrumento para posibilitar que Túnez estableciera un sistema constitucional de gobierno garantizando los derechos fundamentales de toda la población, sin importar el género, las convicciones políticas o creencias religiosas?.¿Quiénes conformaron el Cuarteto y cuál fue su estrategia? La iniciativa y la acción tuvieron cuatro actores singulares: la Unión General del Trabajo, la Confederación de la Industria, el Comercio y la Artesanía, la Liga Tunecina de Derechos Humanos y la Orden de los Abogados. La estrategia: promoción de un diálogo eficaz entre las partes, confianza en la sociedad civil, mediación desde la autoridad moral, la tolerancia y el respeto, orientación hacia la superación de odios y resentimientos, aplicación de la norma de que los consensos no se imponen, insistencia en la unidad de propósito, la disposición a ceder posiciones y la renuncia a la imposición, al miedo, al revanchismo y a la persecución.Hay muchas cosas que aprender de este proceso. Una de ellas, para nosotros, la necesidad y la conveniencia de un mayor acercamiento entre los sectores laboral y empresarial. El espacio para el diálogo entre ellos es enorme, así como su capacidad para promover el diálogo entre otros sectores de la sociedad. Unidos en el amplio mundo del trabajo, del empleo, de la producción, de la satisfacción al mercado, del servicio a la sociedad, la búsqueda de acuerdos entre ellos solo puede acercarles a sus respectivos objetivos y, en definitiva, al beneficio de la sociedad.Reflexionaba en un artículo reciente sobre la necesidad de tender puentes de comunicación entre patronos y obreros. El objetivo de este esfuerzo comunicacional no es otro que estimular el diálogo necesario y la concertación en aspectos claves para la sociedad. Así lo han venido entendiendo ambas partes cuando promueven encuentros entre sus líderes y la base, cuando coinciden en la defensa de las fuentes de empleo y de las condiciones para la producción, cuando hacen suyos los intereses comunes y asumen su protección, cuando desarrollan una relación franca y honesta entre empleado y empleador.La búsqueda de acuerdos es siempre el comienzo de un buen camino. En Venezuela lo hemos probado con la aplicación de programas económicos, unas veces con éxito y otras con fracaso. Está el de 1961, cuando todas las fuerzas vivas estuvieron de acuerdo en desarrollar unas políticas públicas de sustitución de importaciones que produjeron un crecimiento sostenido del aparato industrial venezolano, pero está también el ajuste macroeconómico de 1989, más impuesto que consensuado, incluso confrontado por actores empresariales y políticos, y el de 1996, con limitada participación de los actores y frenado por los acontecimientos políticos que impidieron su desarrollo. Una de las claves que explica éxito o fracaso, no hay duda, hay que buscarla en el margen de acuerdo o de consenso.La encrucijada actual hace urgente como nunca la búsqueda de acuerdos. No son pocos los documentos desarrollados seriamente como propuesta. Está, en concreto, el Planteamiento de Venezuela Industrial 2025 presentado por Conindustria. Están propuestas y programas elaborados por otras organizaciones empresariales o profesionales, las academias y los actores políticos. El ahora débil y fragmentado diálogo venezolano no termina, desde luego, en lo económico. Desconocerlo, sin embargo, solo nos alejaría de una solución sostenible y [email protected]


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!