Ochenta y ocho años después la gran águila volvió a Cuba. Una tenue llovizna del Caribe recibió a Barack Obama en el aeropuerto Internacional José Martí de La Habana. Bajó por la escalerilla desde el Air Force One con pisada firme; pasos que acercaron a más de cincuenta años de absurda distensión. Décadas de disputas estériles que afianzaron una dictadura feroz en América; mientras los Estados Unidos eran comparados con una bestia bíblica. Los pueblos desmirriados del continente le endosaron sus múltiples carencias al poderoso huésped del norte del continente americano. Cada presidente imperial fue quedando en la red de maniobras que tejieron las hábiles manos de Fidel Castro. En nuestro vecindario una cárcel abrió sus puertas para reducir a un pueblo a vivir en la cautividad. Estados Unidos a solo noventa millas náuticas de los cerrojos desafiantes que coartaban la libertad de los cubanos, elaboraba planes que rebotaban mansamente frente al fortín que erigió una ideología del terror. La dictadura cubana se hizo fuerte alimentándose de los errores que cometían desde Washington, siempre con la misma receta de creer en salidas restrictivas que lo que lograron fue cohesionar a una buena parte de la población en contra del agresor. La temprana desaparición John Fitzgerald Kennedy  asesinado en Dallas el 22 de noviembre de 1963 contribuyó con eso. La sucesión de gobernantes norteamericanos creyendo en las viejas consejas del gran garrote solo sirvió para atornillar al comunismo en Cuba. Aquella estaca política inspirada en la fogosidad de los inicios del siglo XX; en donde se proponía someter a los vecinos con una buena tunda para indicarles el destino final de sus huesos, siempre inspiró a funcionarios trogloditas. La frase, tomada de un proverbio del África occidental era: «habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos» (speak softly and carry a big stick, you will go far) Bajo esa consigna siempre creyeron que todo lo resolvía la dureza. Pero resulta que los pueblos americanos castigados por sus múltiples problemas tienen cromosomas de resistencia frente al que creen su encarecedor. Una colección de errores norteamericanos coadyuvó a mantener al totalitarismo en Cuba. La dictadura castrista le endosaba cada fracaso a los Estados Unidos, su pueblo era bombardeado de una eficaz propaganda que les vendía supuestas invasiones, así han trascurrido cincuenta y ocho años de un cruel sometimiento de una sociedad anclada en la barbarie. La torpe intentona de invasión a Bahía de Cochinos en abril de 1961 organizadas por movimientos anticastristas, actividad no compartida por Kennedy, terminó dándole a Fidel Castro la aureola de héroe de la patria. La escalada militar en Republica Dominicana en 1965 bajo el gobierno de Lyndon B. Johnson ayudó a fortalecer la imagen del enemigo poderoso que agrede al débil. Igualmente la incursión militar en Grenada el 25 de octubre de 1983 causó un fuerte escozor; la nación más poderosa de la tierra invade al segundo país más pequeño del hemisferio occidental. Grenada de solo cien mil habitantes haciéndole frente al portentoso as del desarrollo en el planeta; la nación número uno contiende contra la número doscientas cuatro del escalafón mundial. Una verdadera torpeza que lo que hizo fue generar profundas antipatías que fortificaron las bases de los proyectos populistas del continente americano. La aparición de Barack Obama busca corregir viejas posturas que no funcionaron por una visión moderna en libertad. El primer dignatario negro también tuvo que enfrentar adversidades para poder lograr su ascensión al poder. El postrer sacrificio de los negros desde los campos de algodón; asesinados por el color de su piel. Humillados por la irracionalidad estúpida lo hacen comprender la situación de otros sometidos por ser distintos. Vivimos un cambio profundo de época. Queremos  un nuevo signo de cooperación entre iguales. Las agresiones militares son cosas del pasado, al igual que bloqueos que lo que hacen es hacer sufrir al pueblo. Los casi sesenta años de dictadura castrista en Cuba tienen mucha contribución de las desacertadas políticas de Washington para con la isla. Es el momento de llegar con otra idea. Ahora los cubanos están escuchando un nuevo mensaje, anhelan libertad plena, nada de cambiar de cárcel. Ellos acabaran con su dictadura buscando el camino de la democracia?alexandercambero@hotmailcom   twitter @alecambero     


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