Publicaron recientemente los indicadores relevantes del desenvolvimiento económico venezolano la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que el silencio oficial venezolano al respecto burlaron para despejar incertidumbre y las dificultades para el cálculo económico de las empresas privadas y la toma de decisiones a nivel público;  dio a conocer datos estimados para este año y 2016. En efecto:                                                2014       2015       2016Producto Interno Bruto                   -4%       -10%       -6%Precios al Consumidor           62,2%    159,1%  204,1%Saldo en cuenta corrientede la Balanza de Pagos          5,3%       -3,0%    -1,9%Desempleo                              8%           14%     18,1% Nota: Los porcentajes del saldo de la balanza de pagos resultan de dividir dicho saldo en bolívares respecto al producto interno bruto, esto es, el valor de los bienes y servicios producidos durante el respectivo año. Las cifras del desempleo son con relación a la fuerza de trabajo, es decir, la que está en edad de trabajar, menos los que estudian y otros no incorporados al mercado de trabajo por diversas razones (oficios del hogar, etc.). Desastrosa es la imagen de estos indicadores reseñados, retratan una situación caótica en proceso acumulativo, resultado de las erradas políticas económicas instrumentadas durante los últimos 45 años  (1969-2015), agudizadas estos últimos 16 años, primero por el taimado e ignorante en economía Jorge Giordani (él sabe por qué lo digo) que en mala hora tenía el oído de Chávez y ahora por sucesores tal vez más legos que  llevan al país hacia el precipicio de la ruina y la pobreza; por más que se alerte al presidente (el suscrito ya lo ha hecho en innúmeras veces por el bien del país) de lo inconveniente que es el continuar con un sistema político-económico que no enarbola la economía privada, sobre todo, la propiedad privada, fundamento del surgimiento empresarial capitalista, único modo de producción capaz de generar sin traumas los bienes y servicios indispensables para satisfacer las necesidades sociales. La creciente inflación proviene en parte de la gran cantidad de dinero en circulación causada por la manipulación cambiaria, a la cual tal vez no sean ajenos organismos oficiales, al comprar dólares a 6,30 bolívares y revenderlos a 700 bolívares.Mientras no haya un cambio definitivo, un desamarre de las gríngolas ideológicas, de respeto al sector privado y no ver a la actividad empresarial como un enemigo, descendiendo el producto interno bruto seguirá al par que aumenta el desempleo, la inflación y la escasez generalizada. Bien que conviene preguntarse si el régimen es capaz de crear credibilidad como para estimular nuevas inversiones una vez decidido a abandonar el diseño comunista y tomar la senda del desarrollo capitalista adosado de las respectivas regulaciones para evitar hechos criminales realizados por quienes comandan las empresas.Algunos desconocedores de la historia económica nacional durante los últimos 50 años, atribuyen, además, estos fenómenos y la tribulaciones consecuentes al descenso de los precios petroleros, mejor dicho a la merma de ingresos fiscales petroleros, cuando en realidad la causa última, quizá, radique en la imprevisión tradicional del venezolano, conducta característica del subdesarrollo, a un comportamiento gastoso de los que gobiernan, a la demagogia consuetudinaria, al haber adaptado insensatamente la economía venezolana a los nuevos y temporales niveles de precios petroleros, tal como hizo Carlos Andrés Pérez en su primer gobierno, no aprendieron la lección, no tenían experiencia, y brotaron como hidras nuevas y siderales magnitudes macroeconómicas  que parecen incontrolables al descender bruscamente los ingresos petroleros.Ahora anda desesperado soñando todo el sistema político (gobierno y presunta oposición oficiosa) con más deudas, vender activos, como los nobles europeos arruinados vendedores de vajillas familiares, con la lotería de los precios petroleros, dicen a cada rato estrategias trazar, sin percatarse que detrás está la decisión geopolítica hace años tomada para la independencia energética de Estados Unidos (se acuerdan del Plan Independencia del cual tanto escribió en este periódico Manuel Egaña). Entre 2010 y 2014, la producción petrolera interna en Estados Unidos, según la Energy Information Administration, subió 59%, a 3,2 billones de barriles anualmente, mientras que las importaciones descendieron en 21%, a 3,4 billones de barriles al año. Es tan sorprendente este hecho que ya los republicanos presionan para que se eliminen las restricciones, establecidas en 1975, a la exportación de petróleo a países aliados preocupados por la dependencia de la agresiva Rusia.Al contrario de Venezuela que ha venido perdiendo la porción suya, a esto se añade que muchos productores árabes insisten en no perder su ración del mercado petrolero mundial, buscando además hacer poco económico producir petróleo de esquisto, pero el efecto determinante en la reducción de costos de las innovaciones tecnológicas olvidan, dedicándose a gerenciar la situación conservando bajos niveles de endeudamiento y apelando a reservas acumuladas de inesperados ingresos anteriores (del boom).Actualmente, es cada vez más volátil el precio petrolero, muy difícil predecirlo, la producción de esquistos en Estados Unidos ha reducido el precio a la mitad aproximadamente y eso a causa de un pequeño porcentaje de exceso de oferta (oversupply), detectándose por añadidura una gran inelasticidad (el precio baja pero no aumenta el consumo), pues a pesar de que el petróleo ahora es barato el consumo no crece, no tienta al consumidor a usar más (verbigracia: porque sea menor el precio del petróleo no hace que alguien vaya y venga cuatro veces al trabajo, en lugar de dos).En todos los países avanzados se realizan investigaciones para una transición energética presionada por el cambio climático, conozco bien el caso de Francia, donde casi se tiene la convicción de que el futuro energético está en la fuente solar, ciertamente para electricidad, aunque también es verdad que durante la transición la demanda de energía se duplicará, por lo cual el susodicho período será de muchas décadas para disminuir a la energía de origen fósil como fuente determinante de la oferta.De esta transición, de la producción proveniente de esquistos en Norteamérica, de la política de la OPEP, de los costos de la industria, de las estrategias geopolíticas, en particular de las grandes potencias, de los conflictos y guerras regionales, de la demanda de energía, se deducirá el curso futuro de los precios petroleros. *Prof. Geopolítica del Petróleo, UCV.


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