La fórmula mágica del gimnasio es muy sencilla: las calorías que entran versus las calorías que salen.Muchos creemos que después de sudar en el gimnasio, nos hemos ganado la licencia para darnos el capricho de comernos un snack.En la práctica, sin embargo, las matemáticas no son tan fáciles: es muy fácil sobrestimar cuántas calorías quemamos en una sesión e infravalorar las calorías que hay en un snack.El deprimente resultado es que mucha gente que quiere bajar kilos haciendo ejercicio, en realidad los acaba ganando: hasta un 68%, según un estudio.Por eso, se ha explorado la tabla de la Escuela Médica de Harvard que expone cuántas calorías se queman en todo tipo de ejercicios, desde el sexo hasta el ciclismo de larga distancia.Con esta información, comparamos exactamente cuánto cuesta quemar tus snacks favoritos.Pero ojo: los datos exactos varían de persona a persona; los de aquí son para alguien de 70 kilos.En comparación con el acto de dormir, en el que también se queman algunas calorías, incluso algo tan simple como sentarse frente a una computadora, mascar chicle o leer un libro son equivalentes a comer algunos modestos snacks.Te sorprenderá, sin embargo, saber qué pocas calorías se queman durante actividades aparentemente energéticas como el sexo, o cuántos kilómetros tienes que recorrer para quemar una hamburguesa con patatas.El ejercicio ofrece muchos beneficios además de la pérdida de peso, obviamente. Pero si aspiras a tener una figura más esbelta o tonificada, o simplemente quieres mantener tu peso estable, merece la pena conocer los hechos antes de ir al gimnasio o darte un atracón en la despensa.


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