Los ensayos comenzaron el pasado mes de mayo. Derroche, energía y disciplina. Honra para las más de 4.000 personas, distribuidas de forma milimétrica en las gradas por las que pasaría el desfile de celebración de los 70 años de la fundación del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte. Cada sonriente porta varios carteles de colores. De sol a sol, día a día, los levantan y los bajan, una y otra vez. Los movimientos son ágiles y precisos. Sincronía pura. Suena un pito y puede leerse: ?Larga vida al Partido de los Trabajadores?. Llega por fin el ansiado día: sábado 10 de octubre. Banderas y banderitas. Cada quien camina con apuro para ocupar su lugar. Temprano se han presentado en el punto convenido y han recibido las instrucciones del coordinador del partido. Como es corriente, la sensación es que el partido siempre sabe lo que quiere, lo que hay que hacer. Deben sonreír, impedir que el cansancio les relaje los músculos de la cara. Los vehículos blindados son enormes, titánicos los camiones, inimaginables los drones e inolvidable las lanzaderas de misiles, en particular, las que exhibieron los cohetes que pueden viajar a lo largo de 10.000 kilómetros ?sí, 10.000 kilómetros? antes de dar en su blanco. Poderío de la República Popular Democrática de Corea. Los asistentes cumplen con lo previsto: corean consignas. Se recuerda al fundador del partido, Kim Il-sung, fundador del régimen, al que llaman ?El Gran Líder?; a su hijo, Kim Jong-il, llamado ?Querido Líder?, ?Amado Líder? o ?Gran Dirigente?; al hijo de este y nieto de aquel, gobernante actual del país, Kim Jong-un; y al Ejército, al que conocen como ?Invencible?. El desfile resulta apoteósico: 30.000 soldados marchan a paso de oca. La emoción es enorme: pasan los aviones de guerra tronando y dibujan en el cielo de Pyongyang, un enorme número 70. Las consignas repiten songun, ?el ejército primero?. De los 25 millones de habitantes que tiene Corea del Norte, 1 millón de personas forman parte del mismo: consumen más de 35% del presupuesto de su país. Pero todavía hay más. El desfile militar, género destacadísimo del régimen que celebró 70 años en el poder, tiene su momento culminante en el discurso de su joven y máxima autoridad: el hijo y el nieto de las figuras eternas de Corea: Kim Jong-un. Dice el hombre que heredó el poder de su padre: Corea del Norte está ?preparada para luchar en cualquier tipo de guerra provocada por Estados Unidos?. Se produce un gran griterío. Los que desfilan, al unísono, retumban: ?Defenderemos a Kim Jong-un hasta la muerte? A un centenar de metros del lugar donde se produce el desfile, una familia, cuatro personas en estado famélico, alrededor de una mesa, guardan silencio. El ruido de la celebración les alcanza. La madre, que no logra quitarse de la boca el sabor de las ratas asadas, susurra a su esposo y a sus dos hijas: ¿hasta cuándo?


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