Diversas ciudades italianas como Roma o Milán limitaron o directamente prohibieron hoy el tráfico rodado para reducir los altos niveles de contaminación registrados, un problema que ha suscitado un intrincado debate político en el país.Factores como la sequía o el aumento de los desplazamientos por las fiestas navideñas han elevado los niveles de partículas en suspensión PM10 en ciudades como Milán (norte), donde se han superado los límites permitidos durante 97 días en este año.Por esta razón, el consistorio milanés ha puesto en marcha el plan más drástico al prohibir durante seis horas al día y hasta el próximo 30 de diciembre el tráfico rodado en su territorio.La medida permanecerá en vigor desde las 10:00 am hasta las 4:00 pm, hora italiana, y no afectará al servicio de taxi, a los coches compartidos, a los vehículos eléctricos y a las ambulancias y otros servicios básicos.Sin embargo, los vehículos del transporte público no podrán superar las 18 millas por hora para controlar sus emisiones.Esta iniciativa ha sido aplicada en otros 11 municipios de la región de Lombardía y su presidente, Roberto Maroni, ha convocado hoy una reunión para entablar una acción conjunta con sus alcaldes.Otras ciudades italianas que han prohibido la circulación han sido Pavía, en el norte, Nápoles (sur) y Frosinone, próxima a la capital italiana, mientras que el domingo lo hicieron Piacenza, Reggio Emilia, Módena, Ferrara y Carpi.Roma volvió hoy a prohibir el tráfico a las matrículas impares, mientras que mañana deberán permanecer aparcadas las pares.La medida, con idéntico objetivo, estará vigente hasta mañana desde las 7:30 am hasta las 12:30 y desde las 4:30 hasta las 8:30 pm y el ayuntamiento ha avanzado que se aumentarán los controles policiales para asegurar su cumplimiento.Asimismo la capital pretende reducir su tráfico facilitando el uso del transporte público y, para ello, el billete para toda la jornada costará 1.64 dólares, el precio habitual para 100 minutos.Esta situación ha provocado la reacción del Gobierno de Italia y el ministro del Medioambiente, Gian Luca Galletti, ha convocado el miércoles un encuentro con los presidentes de las regiones y los alcaldes de las grandes ciudades dirigido a coordinar sus acciones.Galletti señaló en un comunicado que se trata de una «emergencia» que «puede durar aún mucho y replantearse en el futuro cada vez más frecuentemente» debido al cambio climático.»La respuesta que podemos ofrecer parte de un reforzado compromiso por la movilidad sostenible, renovando los medios públicos y apostando por la eficiencia energética», señaló el ministro, quien abogó por «una nueva cultura cívica en las calles».Sin embargo, diferentes partidos políticos han salido al paso para criticar las acciones del Ejecutivo y de los alcaldes, especialmente contra el milanés Giuliano Pisapia.El secretario federal de la ultraderechista Liga Norte, Matteo Salvini, consideró ineficaz la prohibición del tráfico porque, según recalcó, «los coches suponen como mucho el 20 % de la contaminación» por lo que «limitarlos no sirve para nada».El líder del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), Beppe Grillo, también arremetió contra el regidor milanés y le culpó del reciente derribo de más de quinientos árboles que, en su opinión, «daban oxígeno» al ser «uno de los pulmones verdes de la ciudad».Pisapia ha defendido su política medioambiental en una entrevista publicada por el diario «La Repubblica» y ha denunciado la intención de sus detractores de «ganar algún voto».El líder del M5S fue especialmente duro con el Gobierno de Matteo Renzi, al que acusó en su influyente blog de dirigir una «política industrial propia del siglo XIX» y de efectuar recortes en el sistema sanitario.»El primer ministro y sus ministros no se dan cuenta de lo que ocurre (…). Son una desgracia para el país, el precio de su engreimiento lo estamos pagando con la sangre. Cuanto antes se vayan, mejor», consideró Grillo.El ministro para los Transportes y las Infraestructuras, Graziano Delrio, señaló en su perfil de Facebook que los Presupuestos para el próximo año contienen distintas medidas encaminadas a reducir las emisiones, en línea con la Conferencia de París.Todas siguen la lógica de que «quien contamina por lo menos debe ser desincentivado mientras que quien reduce las emisiones debe ser apoyado».La Agencia Europea de Medio Ambiente difundió el pasado mes un informe en el que señalaba que la contaminación del aire provocó 432,000 muertes prematuras en la Unión Europea en 2013. 


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