Su nombre era Ruta de las Yungas, pero se hizo más famosa como Ruta de la Muerte. Recorre menos de 70 kilómetros entre la capital boliviana y el pueblito de Coroico.Se ha presentado en varias ocasiones como la ruta más peligrosa del mundo y ha sido tema de varios documentales. Su saldo es lúgubre, con numerosos muertos cada año, que llegaron a ser miles en las peores épocas.La cantidad de crucecitas atestigua parte de esta hecatombe causada por las lluvias, la niebla y, sobre todo, el trazado: una pista de ripio cavada en el flanco de montañas vertiginosas.A pesar de su terrible reputación, la ruta atrae a muchos visitantes, que sin embargo tienen la posibilidad de evitar desde hace algunos años las partes más peligrosas del recorrido gracias a puentes y túneles que forman una vía alternativa más segura, mientras el trazado tradicional sigue siendo muy usado por ciclistas.


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