La hegemonía electoral del chavismo ha funcionado en Venezuela como una apisonadora casi perfecta: 18 elecciones ganadas frente a una perdida en 17 años de revolución. Una trayectoria impecable que se puede romper mañana, según todas las encuestas, ante la mastodóntica crisis económica y social que golpea al país y ante la ausencia de su gran líder, el fallecido Hugo Chávez. Dirigentes del chavismo reconocen de forma privada que la derrota es posible, pero pusieron a todo vapor su gigantesca maquinaria electoral. Estos son los trucos y las tácticas electorales, además del ventajismo y del abuso de los medios, en los que confían para reducir la brecha que les separa hoy de la oposición, según las encuestas. 1. Operación Remate: Gracias a este operativo estrella del oficialista PSUV, en 2012 Chávez obtuvo 850.000 votos y Maduro 600.000 un año después. Los «guerreros» de la operación son los jefes de organizaciones como Batalla Bolívar Chávez, Lucha Popular y los patrulleros del partido, quienes garantizan el voto de los seis millones de personas anotadas en las listas del famoso 1×10, según el cual cada militante debe asegurar la votación de diez personas. Su trabajo es llevarlas a votar, presionadas si fuera necesario, por la causa revolucionaria.  El modus operandi es sencillo, pero necesita una maquinaria gigantesca, en la que también participa la Guardia Nacional. El momento clave se producirá mañana al mediodía cuando, a través de su gente en el Consejo Nacional Electoral (CNE), el oficialismo sepa qué personas, inscritas en sus listas 1×10, no votaron. El siguiente paso: llamada telefónica para presionar a los votantes perezosos. Suena el teléfono, se recuerda las pensiones, viviendas, ayudas y beneficios, presentes o futuros, y se envía un vehículo que traslada a la persona hasta el centro de votación. Sólo en Caracas, en 2013, funcionaron 15.000 motos, ómnibus o camionetas de las rutas comunales. Y todo ello con dinero público: varios cientos de millones de dólares, según los cálculos del Movimiento al Socialismo (MAS). 2. La ley electoral: Hugo Chávez encargó a sus «ingenieros» una ley que facilitara la victoria perfecta en las elecciones parlamentarias. Así nació en 2009 la Ley Orgánica de Procesos Electorales, capaz de multiplicar los panes chavistas y reducir los peces opositores. Lo confirmó el resultado de las elecciones a la Asamblea Nacional del año siguiente, donde el PSUV obtuvo el 48,1% de los votos y la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el 47,2%. Una diferencia mínima, de 0,9%, recompensada con un diluvio de diputados oficialistas, 98 frente a los 65. ¿Por qué? Se trata de una ley Frankenstein para la que se crearon circuitos electorales artificiales que sobrerrepresentan las zonas chavistas y las menos pobladas. Un ejemplo: un voto en el estado de Delta Amacuro, con 187.000 habitantes, vale cinco veces más que en Caracas. La ingeniería es tan perfecta que en esas mismas elecciones la oposición ganó por la mínima en Caracas, pero de los 10 diputados en juego sólo se quedó con tres, frente a siete de los oficialistas. 3. El falso partido de oposición: la campaña opositora se dedicó en cuerpo y alma a enseñar a votar a sus seguidores, ante la puesta en marcha de una operación de confusión. Un lema -que hasta cantado- se repite por las calles: «Abajo, a la izquierda, en la esquina, la de la manito». Con los mismos colores, con la misma palabra y al lado de la MUD en la boleta electoral (no se vota con papeletas separadas) se presenta Min Unidad, partido intervenido por el Tribunal Supremo. A través de una campaña millonaria, sembró el país de publicidad engañosa para hacerse pasar por la oposición, usando incluso imágenes del preso político Leopoldo López y de Ismael García, conocido candidato opositor. Le podría arrebatar hasta siete diputados a la oposición. 4. Colegios electorales sospechosos: se trata de centros donde se han dado resultados desconcertantes ante la ausencia de testigos opositores, porque no estaban o porque fueron expulsados a tiro limpio. En la Sierra del Perijá, por ejemplo, se obró un milagro electoral: de 717 electores censados, votaron 692. La participación fue sorprendente: 96,51%. Y todos ellos, los 692, lo hicieron por Maduro. La oposición también documentó a muertos que votan y a otros que votan dos o tres veces. Se dieron situaciones esperpénticas: en un distrito se detectó que 65 personas no usaron captahuellas para votar porque oficialmente no tenían mano. Ex presidentes denuncian ventajas ilícitas Un grupo de ex presidentes latinoamericanos críticos con el gobierno venezolano demandó ayer transparencia en las elecciones legislativas de mañana, al denunciar ventajas ilícitas del oficialismo en la campaña. «Esperamos unas elecciones tranquilas, democráticas y transparentes, y que la gente pueda acudir a votar», dijo el ex mandatario colombiano Andrés Pastrana (1998-2002) en Caracas. El dirigente conservador hizo el pedido al señalar que los ex gobernantes -invitados por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD)- mantienen «preocupación por el contexto en que se realizarán» las elecciones. Además de Pastrana, la comisión la integran los ex presidentes Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez (ambos de Costa Rica), Horacio Quiroga (Bolivia), Mireya Moscoso (Panamá) y Luis Lacalle (Uruguay).


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!