Esta semana que concluye no se le presentó fácil al mandatario colombiano. Una joven hermana de un policía, en un acto público organizado para recordar a las víctimas de la guerrilla, decidió no poner su cara al presidente Juan Manuel Santos, cuando este quiso saludarla con un beso en su mejilla. La afrenta fue pública y notoria, y para muchos un valiente gesto de dignidad. Tanto que la prensa española la relató de esta manera: ?Era 12 de abril, uno de los días en los que el gobierno de Juan Manuel Santos ha dedicado a homenajear a las víctimas del eterno conflicto colombiano. Este martes se trataba de recordar en Bogotá a los policías y soldados víctimas de la guerrilla, en la conmemoración del ?Día nacional de la memoria y solidaridad con las víctimas?, cuya fecha señalada era el pasado 9 de abril. Pero la ceremonia se le ha vuelto en contra. La hermana de un policía le ha retirado la cara y no lo ha querido saludar?.Tal como lo ha interpretado más de un columnista, un beso rechazado de parte de Alejandra Alzate, una ciudadana de a pie, es más significativo que cien artículos a favor de un proceso de paz cuyos detractores van en franco aumento. Su hermano había sido asesinado por miembros de la organización guerrillera que estaría siendo validada hoy ante la ciudadanía colombiana a través las negociaciones de La Habana. El diario OKdiario recogió la imagen del beso despreciado en un video que puede ser visto aquí  http://okdiario.com/internacional/america-latina/la-viuda-de-un-militar-asesinado-por-las-farc-en-colombia-desprecia-un-beso-del-presidente-santos-108126 .                                       xxxxxx Cinismo, desparpajo, hipocresía son los calificativos menores aplicables a las infelices declaraciones del ex presidente Ernesto Samper, flamante secretario de Unasur, por haber aseverado como lo hizo, en los actos de instalación de la Comisión de la Verdad, que en Venezuela no existe una crisis económica. No vale la pena aconsejar al presidente que dé unas vueltas por las calles de Caracas o por las carreteras del interior para que vea las condiciones en que vive nuestro pueblo en esta hora y punto. Como ex mandatario que fue, Ernesto Samper debe ser capaz de interpretar las cifras macroeconómicas venezolanas mostradas por organismos internacionales y agencias de mucha talla en las que se hace evidente que Venezuela se encuentra  en el borde de un indetenible colapso. El simplismo del ex mandatario colombiano es proverbial. El país debería estar recibiendo atención humanitaria de salud, y alimentaria, de manos de quienes pueden proveerla, y Samper presta la organización que dirige para montar una pantomima política que revitalice al gobierno, cuando esto ya es imposible. ¿Falta de visión o estupidez? No. Se trata de una nueva estrategia de las izquierdas continentales de darle oxígeno  a un gobierno que boquea. Descaro y perversidad política, únicamente.                                       xxxxxx Hace poco más de un mes el ministro de Hacienda informó al Congreso colombiano que es decisión gubernamental vender las 29 empresas que aún están en propiedad del Estado. A pesar de que son muchos los que comparten en el país vecino la tesis de que no hay peor administrador que el Estado, tampoco los colombianos le están dando carta blanca al gobierno para que haga con ellas lo que a bien le place, como en el caso de Isagen, la joya de la corona, por la cual solo hubo un postor y por la que la oferta apenas alcanza para construir una hidroeléctrica de capacidad similar. El tema preocupa notablemente a los opositores del gobierno, ya que en la  lista de las privatizables hay unas cuantas de cierto calibre, comenzando por la petrolera estatal. Venderla en época de vacas flacas, con el gobierno sediento de fondos y con los precios de crudo en niveles bajos en extremo, equivale a regalarlas o poco menos. Hacen cola los negociadores extranjeros que saben que el valor de estas empresas rebotará con el tiempo y que comprarlas a precio de gallina flaca es como darle un tiro al piso. 


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!