La situación del hampa en Venezuela obliga a los militares venezolanos a no salir de noche, evitar hablar por teléfono dentro de los carros y ocultar su identidad como militares durante una situación de robo para evitar correr riesgos en las calles del país.
A diferencia de otras naciones, el hecho de ser uniformados en Venezuela no los espanta de los delincuentes, más bien los atrae, dijo el General Retirado Antonio Rivero, quien confirmó la información para el diario El Nuevo Herald.
El personal castrense también tiene prohibido visitar “lugares de dudosa reputación” o que representen riesgo para la seguridad personal. Así como el uso nocturno de cajeros automáticos y paradas en centros comerciales.
Durante el año 2017, 282 funcionarios de seguridad, incluidos policías, soldados y escoltas perdieron la vida a causa del hampa común, de acuerdo con datos de la Fundación para el Debido Proceso (Fundepro), una ONG que investiga el auge del crimen en Venezuela.