Codo con codo, los jugadores de Gremio y Monagas pisan el gramado y se perfilan para el protocolo habitual de la Copa Libertadores antes de que el balón ruede para la sufrida victoria gremista 2 a 1 de este martes en el Monumental de Maturín. En las gradas, la hinchada local da un show aparte, con una cálida recepción  - inversamente proporcional a la presencia escasa de público -, con los cánticos y hasta hace llover dinero en el cielo del mayor estadio de Venezuela.

No es fuerza de expresión. Solo una faceta más de la realidad de un país debilitado, que sufre diariamente con una grave crisis política y económica. Con la devaluación de su dinero por una inflación que debe llegar a 13.000% al fin del año, a los maturineses les sale más económico lanzar los billetes de 100 bolívares que comprar papelillos. Esta fue la primera de una serie de escenas inusuales que marcaron los 90 minutos de partida y que fueron narradas por Globoesporte.com.

Torcida «raíz» y comida liberada

En medio de la crisis que los hace formar filas para tener acceso a remedios, dinero y productos básicos, los venezolanos se vuelcan como pueden para poder vivir uno respiro de diversión con el fútbol. Con una estructura limitada e insuficiente de transporte público, muchos maturineses, como son llamados los habitantes de Maturín, circulan por la ciudad sin cualquier protección en la parte trasera de camionetas y de pequeños camiones. La opción fue adoptada hasta por la banda de la hinchada organizada, que llegó al estadio con instrumentos en mano en uno de los vehículos.

El Monagas, por otra parte, se sensibilizó a la crisis. El club liberó a los hinchas la entrada en el estadio con comida y bebidas. Eso, siempre y cuando llevaran sus alimentos en envases y botellas plásticas. Sin embargo, muchas de ellas volaron en la conmemoración del gol contra de Kannemann.

El perro que se quedó en el «casi»

Vuelta y media, los césped de América Latina son recorridos por perros que esquivan a los guardias e irrumpen entre los jugadores para dar trabajo al personal de los estadios hasta retirarlos. Este martes, sin embargo, una perra tuvo la fiesta vetada por un funcionario del Monagas. El «cusco» circulaba al borde del túnel de acceso minutos antes de la partida, pero acabó conducida fuera del estadio.

Hincha… Desinhibido

En medio de los locales, un grupo de brasileños con camisas de Santos, Crucero y Corinthians hinchada por el Gremio y, en especial, por Renato Portaluppi. La proximidad del alambrado con la riba del campo las hizo entrar en euforia y gritar insistentemente por la atención del ídolo, que hasta respondió con una seña. Pero la fiesta quedó en segundo plan en el vídeo registrado por el reportaje del Globoesporte.com. Un hincha venezolano aún más entusiasmado se levantó y bajó sus pantalones… Bueno, la imagen habla por sí sólo (vea abajo).

Lluvia de bolívares

Además de la recepción a los equipos, los venezolanos también arrojaron sus billetes en conmemoración del gol contra de Kannemann. Muchos de los pequeños hinchas que estaban aglomerados en el alambrado exhibían paquetes de billetes de 100 bolívares, que en otro tiempo fueron los más valorados del país. Hoy, el menor billete en circulación es de mil bolívares y el mayor es de 100.000.

Dinero lanzado en la grama del estadio de Monagas (Foto: Eduardo Deconto)

Sin tanto brillo

Dentro de campo, el equipo de Renato Portaluppi fue superior – aunque sin el brillo de exhibiciones anteriores – como ya se esperaba del actual campeón de América contra un rival modesto. Y necesitó sufrir hasta el último instante para salir con la victoria. En el primer tiempo, Cícero cobró falta en la trabe, y Alisson y Thonny Anderson desperdiciaron oportunidades dentro del área.

Ramiro marca contra el Monagas (Foto: Lucas Uebel / Gremio, DVG)

En la segunda etapa, Ramiro anotó el gol que venció al portero Baroja y entró mansamente en el rincón. Marcelo Grohe ya había ejecutado dos de sus milagros, pero nada pudo hacer con un intento contra, anotado por Kannemann.

Infiltrado

Exactamente atrás del banco de reservas del Gremio, los suplentes y el técnico Renato Portaluppi tuvieron que convivir con Porto Alegre. Allí, un hincha con la camisa de Inter celebró el gol contra anotado por Kannemann… Pero su fiesta duró poco, solo hasta el gol de Jailson.

Tensión y extravasación

Renato Portaluppi y los reservas apenas habían asimilado el gol contra de Kannemann cuando vieron a Cícero ser derrumbado dentro del área, en un penalti señalado por el árbitro. La tensión inmediatamente tomó cuenta de los gremistas al borde del campo, por la indefinición de la cuestión física del media, que acabó gracias a dejar el gramado para atención médica. Jailson se convirtió en el penalti y garantizó la victoria, así como la vacante en las octavas.

El Gremio lidera el grupo 1 de la Libertadores con 11 puntos sumados. El Tricolor vuelve a Porto Alegre aún en la madrugada de este miércoles, en vuelo fletado. El próximo partido está marcado para el domingo, en el Durival Britto, contra el Paraná por la sexta ronda del brasileño.


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