Catalina Botero, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes y ex relatora para la Libertad de Expresión de la CIDH, explicó las repercusiones que tiene para Venezuela la salida de la OEA.

¿Qué significa la decisión que tomó el gobierno de Venezuela? 

Por un lado es una demostración de la gravísima situación por la que está pasando Venezuela y por el otro es el resultado de un Estado que no quiere tener ningún tipo de supervisión y que no quiere cumplir sus compromisos internacionales, porque disolvió el Estado de derecho y se convirtió en un Estado totalmente autoritario. Significa que prefiere irse antes de permitir un escrutinio de la OEA, que se produce de conformidad con todas las normas internacionales, porque sabe que no lo pasará.

El impacto es doble. Por un lado queda en evidencia frente a la comunidad internacional que es un Estado fallido, que ha fracasado en todos los propósitos de un Estado Constitucional y que no es un Estado de Derecho ni una democracia y que además no va a permitir ese escrutinio porque sabe que no lo pasaría.

Además, en realidad, considero que es bueno que esto suceda porque lo que hace es que la comunidad internacional se alinee del todo para que Venezuela empiece a respetar los derechos básicos de un Estado de Derecho.

Sin embargo, por el otro lado también tiene la dificultad de que el régimen puede aislarse o va a haber un periodo en que el régimen esté más aislado y eso supone que la gente también va a estar más aislada.

Entonces, ¿qué acciones deberían tomar los países luego de que se concrete la salida de Venezuela de la OEA?

En el momento en que se concrete la decisión de irse, todos los países de la región tienen que llamar a su embajador a consultas y tomarse muy en serio las relaciones con Venezuela, ejecutando decisiones que tengan un impacto sobre el país y que obliguen al gobierno a frenar ese proceso de degradación total en el que se encuentra.

¿Qué pasa con los procesos que ya estaban andando, como el de la Carta Democrática?

Hay unos procesos que pueden continuar mientras que no se concrete como tal el retiro de Venezuela de la OEA. Por ejemplo, todavía se le puede aplicar la Carta Democrática por seguir siendo miembro. Si se la aplican, significa que deciden que Venezuela no es un Estado democrático, que ha violado los principios básicos de un régimen democrático y por lo tanto que se deben adoptar medidas multilaterales sobre el país. 

Una vez se ha retirado, continúan, por lo menos, los casos que tiene ante la comisión y ante la Corte Interamericana por las violaciones a los derechos humanos cometidos mientras fue Estado parte de la OEA.

¿Y sobre el impacto que el retiro tiene sobre la OEA?

Es simplemente que tiene un Estado menos, pero es una señal muy poderosa para que los gobiernos tomen decisiones sobre Venezuela en términos de comercio, por ejemplo, de relaciones diplomáticas, se convierte en una clase de Estado paria, porque abandona las organizaciones a través de las cuales los Estados en América deciden hacer tres cosas: cooperar para el desarrollo, defender los derechos humanos y no ir a la guerra; abandonarla es abandonar los principios mínimos de concierto regional, porque ni siquiera están dispuestos a cumplir esos requisitos mínimos. 

Además, el impacto es básicamente un mensaje para aislar a Venezuela y forzarlo a deshacer el camino andado, convocar a elecciones; garantizar y proteger los derechos humanos y no continuar en este proceso brutal de degradación, en el que el país entero está sufriendo condiciones deplorables, no solo en términos de derechos humanos, sino también en términos de libertad de expresión, de hambruna, de atención básica sanitaria y de atención básica en salud.

Internamente, ¿cómo funcionaría Venezuela luego de esta decisión?

El país se enterará que está sufriendo condiciones absolutamente deplorables, pues aunque la situación de Venezuela no es extraordinariamente grave en sí, es particularmente difícil teniendo en cuenta la bonanza petrolera por la que atravesó el país durante más de 10 o 12 años.

Es indignante ver todo esto, pues Venezuela debería tener los mejores indicadores de derechos sociales, económicos, culturales y civiles de la región, porque tenía la capacidad económica para sustentarlos. Sin embargo, la clase política venezolana, sus aliados y el Ejército se robaron una década de bonanza petrolera y dejaron al país en la miseria. De esto se dará cuenta la gente.

¿Cuál debería ser la primera acción del gobierno colombiano?

Lo primero que debe hacer es replantear las relaciones diplomáticas. Llamar inmediatamente a su embajador a consultas porque está rompiendo un pacto regional, se está saliendo de una comunidad de naciones que tiene como propósito mantener un acuerdo mínimo de convivencia regional y está poniendo en peligro el orden público interamericano.


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