A BORDO DEL VUELO PAPAL (De una enviada especial).- «Todo lo que se puede hacer por Venezuela hay que hacerlo, pero con las garantías necesarias. Si no, jugamos al pin-pin pirulero.»

Tal como había adelantado la semana pasada la canciller argentina, Susana Malcorra, después de reunirse con el papa en el Vaticano, la Santa Sede está trabajando para buscar una salida a la situación de Venezuela.

Lo confirmó ayer el papa Francisco durante el vuelo de regreso de Egipto, al responder una pregunta sobre si el Vaticano estaba pensando relanzar su rol pacificador en ese país, después del recrudecimiento de la situación y numerosas muertes.

El ex arzobispo de Buenos Aires no dio mayores precisiones. Se limitó a hablar de una búsqueda de un lugar de encuentro de las partes y de un «movimiento, aún muy en el aire», que incluiría a los ex presidentes de España José Luis Rodríguez Zapatero; de Panamá Martín Torrijos; de República Dominicana Leonel Fernández, y de Colombia Ernesto Samper. Advirtió, no obstante, que esta vez exigirá condiciones y garantías.

Facilitación

«Todos conocemos la situación de Venezuela, que es un país que quiero mucho. Sé que ahora están insistiendo, no sé bien de dónde, creo que de los cuatro presidentes, para relanzar esta facilitación y están buscando el lugar. Creo que tiene que ser con condiciones muy claras», dijo. «Parte de la oposición no quiere esto. Es curioso, porque parte de la oposición está dividida. Y los conflictos parece que se agudizan cada vez más», agregó.

«Hay movimiento, pero está muy en el aire todavía. Todo lo que se puede hacer por Venezuela hay que hacerlo, pero con las garantías necesarias. Si no, jugamos al pin-pin pirulero y no va la cosa», concluyó, con léxico muy porteño.

Antes recordó que terminó en un fracaso la intervención del Vaticano como facilitador de una mesa de diálogo. «Hubo una intervención bajo un pedido fuerte de cuatro presidentes que estaban trabajando como facilitadores y la cosa no resultó. Quedó ahí. No resultó porque las propuestas no eran aceptadas o se diluían, o eran un sí sí, pero no no», lamentó.

En una conferencia de prensa de media hora en la que prefirió contestar preguntas que tuvieran que ver con el viaje a Egipto, consultado sobre la creciente tensión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y su par de Corea del Norte, Kim Jong-un, y el riesgo de una guerra nuclear, Francisco insistió en la necesidad de una «solución diplomática».

«Yo llamo siempre a la solución diplomática. Una guerra alargada destruiría buena parte de la humanidad y sería terrible. Paremos, busquemos una solución diplomática», pidió. «Las Naciones Unidas tienen el deber de retomar su liderazgo, que se ha aguado», dijo.

Trump

Preguntado si recibirá a Trump cuando viaje a Italia para participar del G-7 en Sicilia, a fines de mayo, Francisco aseguró que aún no fue informado por la Secretaría de Estado de que haya llegado un pedido de audiencia. «Pero yo recibo a cada jefe de Estado que pide audiencia», aclaró.

El papa reveló, por otro lado, que tanto él como el Vaticano se movieron ante el gobierno egipcio para intentar esclarecer el caso de Giulio Regeni, un estudiante italiano asesinado en Egipto hace un año y medio, en un hecho aún totalmente oscuro.

Antes de su viaje a Egipto, en efecto, los padres de Regeni le pidieron públicamente al papa que intercediera.

Se excusó de dar opinión sobre el próximo ballottage en Francia, explicando que no tenía información suficiente. Y confesó que le hubiera encantado ir a visitar las Pirámides de Giza, cosa que no tuvo tiempo de hacer, pero sí dos de sus secretarios, que se hicieron una escapada a las seis de la mañana de ayer.


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