Luego de que Nicolás Maduro lograra obtener la “reelección” en un país colapsado, dos grandes interrogantes se abren en el futuro político de Venezuela: que hará de ahora en adelante el chavismo y cómo se rearmará la oposición.

Según tres analistas consultados por La Nación, el objetivo de Maduro será consolidar el autoritarismo en Venezuela, cercando todavía más a la oposición, que deberá esforzarse por renovarse o sucumbir sin atenuantes ante el peso de un chavismo radicalizado.

¿Qué esperar del gobierno?

Marcos Hernández, director de la encuestadora Hercon Consultores, cree que la actitud del gobierno va a ser radicalizarse y hacerse más violento. «Maduro se hizo un traje a su medida para un proceso electoral al estilo de Nicaragua. Ahora tiene que radicalizarse, escapar hacia adelante para defender su triunfo. Pero luego no le va a quedar otra que dialogar. Porque también se radicalizarán las sanciones internacionales, lo que puede llevar a algunas traiciones internas significativas. No va a ser de la noche a la mañana, pero deberá sentarse a negociar».

Según Benigno Alarcón, director del Instituto de Política de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Maduro se hará todavía más autocrático. «Eso significa completar el paso de un régimen híbrido como el actual a un régimen hegemónico de partido único, o con partidos satelitales que no tienen la capacidad de competir con el gobierno, pero que forman parte de la decoración que le sirva al gobierno para mantener un mínimo de apariencia y decir que es una democracia».

Para Carlos Romero, politólogo e internacionalista, la victoria oficialista acentuará el aislamiento del régimen. «Vendrán nuevas sanciones internacionales de carácter más colectivo, en cuanto que ellas afectarán a todos los venezolanos y se profundizará la hiperinflación y la reducción del bienestar social. El nuevo gobierno de Maduro se radicalizará, reduciendo el poder que le queda a los sectores privados que lo resisten, el espacio político de la oposición, incluyendo partidos, organizaciones no gubernamentales y grupos de presión, más los medios de comunicación críticos e independientes».

¿Qué esperar de la oposición?

Según Marcos Hernández, «Maduro se ocupó de hacer realidad la gran teoría de ‘divide y vencerás’. Logró dividirla y con eso salió beneficiado. Pero si la oposición no se une, el pueblo le puede pasar por encima y pueden emerger líderes desconocidos. Las encuestas indican que la gente está ávida de un cambio, porque el país no aguanta. Los partidos políticos tienen pocos apoyos en cuanto a simpatía y militancia. No están cumpliendo la misión que deben tener y se están viendo desplazados por movimientos nuevos. Se va a reconfigurar totalmente el escenario político y electoral del país.

Benigno Alarcón sostiene que habrá dos tipos de oposición. «Creo que el gobierno va a generar una oposición legal, tolerada, cuyos principales caras serían los candidatos que participaron en esta elección, siempre y cuando se porten bien y reconozcan los resultados oficiales. Y por otro lado habrá una oposición ilegal que son todos los partidos, candidatos y líderes que hoy están inhabilitados e ilegalizados. La oposición marginada tendrá que hacerse más radical porque los medios legales de lucha como las elecciones no van a estar a su alcance».

Carlos Romero, por su parte, cree que la oposición «en un corto plazo quedará derrotada, tanto la línea abstencionista como la línea participativa, ya que ninguna dio los resultados esperados. A pesar de las denuncias sobre violaciones de los derechos humanos, las fuerzas armadas no se fraccionaron y no toda la comunidad internacional le dio la espalda al régimen, ya que contó con el respaldo de los países autoritarios. A la oposición ahora le toca retomar una política de centro con una solución nacional, descartando tesis apocalípticas como un golpe de Estado. Sólo la búsqueda de una salida pacífica dará espacio para la reconstrucción de la oposición».


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