117 millones de usuarios en 190 países, más de 300 millones de perfiles y 450 millones de dispositivos conectados tan solo en el último mes son las cifras que maneja la plataforma Netflix. 

Los números de Netflix no dejan duda de su crecimiento. Pero con él, y con el cada vez mayor número de producciones originales que lanza año tras año, vienen desafíos. Uno de los más frecuentes, natural en una plataforma global, es traducir todo ese contenido a otros idiomas, o hacerlo accesible a personas con limitaciones visuales o auditivas.

Esa es la misión del área de ‘localización’ de contenido. Gracias al trabajo de un pequeño ejército de profesionales, series y películas son adaptadas a audiencias de sitios muy diferentes a aquellos en los que fueron producidas. 

Es algo particularmente oportuno para una firma que recientemente ha reforzado su catálogo con producciones en español (Casa de Papel, Las chicas del Cable), portugués (El Mecanismo), alemán (Dark) o japonés (Erased), por mencionar solo algunas. 

La cosa no es menos exigente en lo que tiene que ver con las producciones originales. Netflix busca que todos sus lanzamientos sean globales y por eso suma constantemente nuevos idiomas. Para que se haga una idea, cuando se estrenó Lilyhammer, en 2012, fue traducida a 7 idiomas. La segunda temporada de Jessica Jones, una serie coproducida con Marvel que se estrenó el 8 de marzo, está traducida a 24 idiomas.

Técnico y artístico

La primera es ampliamente preferida por las audiencias de países como Colombia, en donde 71% de las reproducciones de Stranger Things hicieron uso de esa opción.

Denise Kreeger, gerente de doblaje internacional, explica que eso implica mucho más que leer guiones traducidos.

“Es un proyecto muy técnico, pero a la vez es sumamente creativo, sumamente artístico. Imagine que en una escena hay dos personajes peleando en una iglesia. Las dos voces, que probablemente fueron grabadas de manera individual, deben sonar como si estuvieran en el mismo espacio, un lugar de paredes altas y techos abovedados, con el sonido rebotando en las paredes”, explica. 

Para su tipo especializado de doblaje, Netflix ha echado mano de recursos como Ritmoband, una herramienta que adapta el texto al ritmo del habla del actor en la grabación original. Kreeger reconoce que antes el proceso era complicado, pero ahora, dice, “con Ritmoband es como cantar karaoke”. En ocasiones, Netflix hace grabaciones en grupo, algo inusual en la industria, pero que facilita que los actores se metan en el personaje y reaccionen unos a otros. 

Escoger bien a los actores de doblaje es vital, en especial si las audiencias sienten que conocen al personaje. Por eso Netflix ha llegado a extremos como contratar, para doblar a Winona Ryder en Stranger Things, a las mismas actrices que la doblaron en películas como Beetlejuice o El joven manos de tijera. Cuando el doblaje de Fauda, una serie de acción proveniente de Israel, probó no estar a la altura de las expectativas de la plataforma, Netflix contrató actores israelíes para doblarla de nuevo.

Subtitular es una empresa muy diferente, aunque de una exigencia comparable. Kreeger comenta: “Los retos son muy diferentes: en el doblaje es acerca de adaptar el texto al movimiento de los diálogos, de manera que luzca natural. El subtítulo requiere condensar, hacer un texto suficientemente breve y mantenerlo en la pantalla lo suficiente como para que puedas leerlo, pero de forma que puedas disfrutar el aspecto visual de la serie o la película. 

De nuevo, Netflix sabe llegar a extremos para asegurarse de que las cosas sean como deben ser. Eso incluye adaptar chistes imposibles de comunicar por escrito (aquellos que dependen de la pronunciación de una palabra, más que de su significado) o hacer pruebas de seguimiento de la mirada (eye tracking) para determinar el tiempo ideal que le debe tomar a alguien leer un subtítulo.

Netflix para ciegos

La localización de contenidos también incluye considerar a aquellos con alguna limitación sensorial. Por eso Netflix trabaja para hacer que sus producciones originales estén al alcance de personas con visión reducida o sordera. En este último caso, se usa el sistema closed caption tradicional. 

En el primero, se acude al audio descriptivo, una estrategia que usa el ministerio de las TIC en el programa Cine para Todos y que básicamente llena los espacios entres los diálogos con breves descripciones del lugar o de la acción. Netflix dice que hay 285 millones de personas con limitaciones visuales en el mundo y que el recurso podría, incluso, servir como una forma de consumir contenidos para personas sin problemas de visión, pero que no pueden dedicar toda su atención a una pantalla, a la manera de un audiolibro. 

Más de 3.000 horas de contenido cuentan ya con recursos de este tipo, aunque por ahora están dirigidos mayoritariamente al público angloparlante. 

Sin embargo, el catálogo en otros idiomas se amplía constantemente. Narcos fue la primera serie con audio descriptivo en español, con la dificultad añadida de alternar diálogos en inglés. Kreeger, que con su trabajo es la pieza esencial de la estrategia “Netflix para todos”, dice que fue satisfactorio lograrlo, porque fue “el proyecto más complejo, pero también el más visto”.

‘Lektoring’: el doblaje a una voz

El término técnico es voice-over translation (traducción mediante voz superpuesta), pero también se le llama lektoring, y de antemano debe saber que lo más probable es que a usted le parezca una barbaridad.

Pero no así a los polacos, que por décadas han estado acostumbrados a consumir así las producciones provenientes del exterior. Para ellos, combina las ventajas de poder escuchar las voces reales, sin tener que leer subtítulos.

Porque lo que hace el lektoring es eso, leer en la voz de un locutor, sin tonos o inflexiones, el significado de lo que las voces levemente atenuadas de los actores están diciendo.

Es más común en formatos informativos, pero Netflix descubrió, cuando llevó sus series originales a Polonia, que allí es la forma preferida (el rechazo al doblaje los tomó, cuentan, por sorpresa) y, por eso, hoy sus usuarios en ese país europeo pueden escoger entre los subtítulos y la voz de un locutor leyendo los diálogos.


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