Desde hace dos meses, cuando Nicolás Maduro ordenó el cierre fronterizo de los tres puentes internacionales de Norte de Santander, los sectores productivos de Cúcuta y su área metropolitana naufragaron en un abismo económico, del que poco a poco se han venido recuperando.

Frentes como el de los supermercados, el intercambio de divisas y el transporte de carga experimentaron una merma en sus ventas que no se había visto desde el bloqueo limítrofe de 2016. No obstante, otros renglones empresariales, como el sector automotriz, la venta de gasolina y de algunos electrodomésticos, como es el caso de las plantas generadoras de energía eléctrica que funcionan con diésel han reportado un ritmo que va en alza y que, incluso, arroja cifras positivas.

La matrícula de vehículos y la venta de automotores se incrementaron 37% en el mes de marzo, en comparación con el mismo período del año anterior, de acuerdo con la Federación Nacional de Comerciantes. Un total de 475 placas se registraron en la ciudad, mientras que 1.467 automóviles fueron adquiridos por los cucuteños. El año pasado apenas se inscribieron 185 placas y se compraron 572 unidades.

El resultado positivo se debe, en primera medida, a la restricción del paso de vehículos que se mantiene por los pasos elevados desde 2016, y a los operativos adelantados por la Policía Fiscal y Aduanera, en los pasos irregulares, más conocidos como trochas, que han dejado 173 carros detenidos. Una situación similar se presenta en las estaciones de servicio de gasolina que, gracias a los procedimientos contra el contrabando de combustible, su oferta se ha mantenido.

“A medida que se deteriora la situación en Venezuela, algunos sectores tiene un mayor nivel de crisis; ciudadanos extranjeros buscan en la ciudad proveer esos productos, como sucede en los alimentos. Independientemente del cierre de frontera, hay una demanda que se mantendrá ahí hasta que no haya un cambio de las condiciones políticas y económicas”, precisó Carlos Luna, director de la Cámara de Comercio de Cúcuta.

El dirigente gremial asegura que este ritmo económico también se percibe en un perímetro de la ciudad fronteriza, sobre la avenida séptima con diagonal Santander donde seis locales de ventas de maquinaria agrícola permanecen repletos de migrantes que cruzan la frontera y acuden hasta allí para comprar plantas generadoras de energía eléctrica que trabajan con  diésel. Uno de estos negocios, que solía comercializar mensualmente entre 25 y 30 máquinas de este tipo, en un día alcanzó a vender cerca de 200 aparatos.

“Circunstancias muy coyunturales, como la crisis energética, ha generado una mayor adquisición de estos generadores móviles para ser llevado. Esto sucede en toda la frontera donde se está presentando esta situación. Cúcuta es una ciudad que genera una dinámica propia y tiene elemento que jalonan el ritmo comercial; sin embargo, hay que hacer el esfuerzo diplomático por normalizar el paso binacional”, aseguró Luna.

Esta bonanza se presenta en menor medida, en los supermercados cercanos a los Puentes Internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander. Aunque el bloqueo limítrofe mermó las ventas, la demanda persiste representada en miles de venezolanos que pasan las trochas en busca de productos de primera necesidad.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!