Un tribunal de Alemania dictaminó este jueves que el líder independentista catalán Carles Puigdemont puede ser extraditado a España pero solamente por supuesta malversación y no por el cargo más grave de rebelión.

«La extradición por la acusación de malversación de fondos públicos es admisible; una extradición por la acusación de rebelión no es admisible», indicó la corte superior regional de Schleswig-Holstein, precisando que recae en el fiscal organizar la entrega a las autoridades españolas y que el ex presidente de Cataluña Carles Puigdemont es libre hasta entonces.

Esta decisión cierra un capítulo en los procedimientos legales de la Unión Europea en torno a la extradicción de Puigdemont reclamada por España.

«Lucharemos hasta el final y ganaremos», tuiteó Puigdemont, celebrando que quede descartada la extradición por rebelión, la principal acusación del Tribunal Supremo español que lo reclama por su papel en el fallido intento de secesión del 2017.

«Hemos derrotado la principal mentira sostenida por el Estado. La justicia alemana niega que el referéndum del 1 de octubre fuera rebelión», celebró.

La decisión del tribunal asesta un golpe a los motivos presentados por España para reclamar su extradición, ya que impide un juicio por rebelión. «La corte parte del principio de que el tribunal español respetará (la decisión alemana) y que no procesará al acusado Puigdemont por rebelión además de por corrupción».

Los jueces rechazaron asimismo los argumentos del independentista catalán que estimaba ser una víctima política y por lo tanto no se debía dar curso a su extradición.

«Es aberrante hacerla (una acusación como esa) contra el Estado español, miembro de la comunidad de valores y del espacio jurídico de la Unión Europea», estima el tribunal.

España acusa a Puigdemont de rebelión y malversación de fondos por el referendo independentista catalán organizado en 2017.

El catalán se refugió en Bélgica luego de su destitución de la presidencia autonómica y desde ese país viajaba a otros de la UE para internacionalizar su combate. Fue detenido a fines de marzo en el norte de Alemania cuando viajaba en auto, de Finlandia a Bélgica.

La fiscalía alemana indicó que «decidirá pronto sobre la autorización de extraditar al acusado por malversación de fondos». Una portavoz de la oficina de la fiscalía describió este paso como ampliamente formal.

Impedido de asumir la presidencia catalana, Puigdemont designó a un sucesor en mayo, para así allanar el camino y poner fin a la crisis.

El nuevo gobierno español también avanzó para terminar con el conflicto.

El miércoles, los últimos tres líderes independentistas que quedaban encarcelados cerca de Madrid por su participación en el intento de secesión llegaron a Cataluña, culminando el traslado aprobado días atrás por el gobierno español. La semana pasada habían sido trasladados los seis primeros, entre ellos el exvicepresidente Oriol Junqueras y la expresidenta del Parlamento Carme Forcadell.

El traslado se aprobó días antes de la primera reunión oficial, el lunes, entre Pedro Sánchez y el presidente independentista catalán Quim Torra, en la que se comprometieron a seguir dialogando a pesar de sus notables discrepancias.


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