María Fernanda Di Giacobbe es una multiplicadora de buenos anhelos con beneficios en plural. La creadora de Kakao bombonería, Cacao de origen y lugares como Soma café, estrenó este año en Río Caribe de Paria un taller escuela en el que se elaboran chocolates desde la barra y se difunden las herramientas para lograrlos. “Allí llega gente de Caripe o Ciudad Bolívar. Todos los días hay gente aprendiendo”.

Quien mereció el premio de la primera edición del Basque Culinary World Prize para chefs del mundo con iniciativas de impacto social, no descansa y dio con el lugar con historia personal para crear allí el taller que apoyará emprendedores con los fondos logrados en ese galardón. Será en el local donde tiempo atrás comenzara su historia de sabores en mesas públicas con La Paninoteca. “Allí tendremos 90 metros cuadrados reservados a laboratorio y 60 metros a aula de clases. También habrá una tienda.  La idea es que las emprendedoras que se han formado con las alianzas de Trabajo y Persona, el Fondo Social Miranda o la Fundación Macuare, lleguen a otro nivel”. 

 La suma de esfuerzos de esas iniciativas, en las que Di Giacobbe ha sido aliada, ha logrado darle las bases a más de 8.000 emprendedoras para que logren sus propias empresas trabajando el chocolate. Ahora Di Giacobbe se empeña en que tengan un lugar donde avancen en ese conocimiento. “Lo más importante es sacar a la gente el ‘no’ de la cabeza. El no puedo porque no tengo dinero, por ejemplo”.

En ese camino, este año ha propuesto encuentros en el Trasnocho Cultural, situado en Paseo Las Mercedes. Varios lunes aprovechan que cierra su local Soma café para, con un grupo de empeñados en el buen chocolate venezolano,  orientar a quienes se inician en estos emprendimientos para mejorar sus tabletas y empaques. Los que alcanzan un nivel superior pueden ofrecer sus creaciones en uno de los puestos de venta que están en la antesala de los teatros.

Tras estas apuestas está la visión desde el arraigo, el sentido social, la convicción de alcanzar los logros con trabajo y el cacao venezolano cómo fuente de progreso. “El cacao es una guía. Siempre nos ha hablado, pero no lo hemos escuchado. Es identidad, es tradición, es economía”. En el camino plural por recorrer hay mucho por hacer.  “Yo creo que tenemos que revisar nuestros valores. No hay porqué tratar de ser vivos ni decir que no hay oportunidades. Aquí hay que trabajar”.


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