María Belén Lobeto comenzó a ofrecer, en ferias y bazares, los tomates deshidratados que preparaba para la cesta playera y las fiestas familiares, después de darse cuenta del interés que despertó el producto entre amigos y conocidos, los primeros en hacerle pedidos. No pasó mucho tiempo antes de que agregara a la lista berenjenas en tiritas y champiñones, y comenzara a vender el trío de conservas en bodegones y locales especializados.
“Han pasado 23 años desde que empezamos a comercializar los productos de María Belén”, explica Carlos Maldonado Lander, esposo y socio de la cocinera, antes de enumerar los sabores de la segunda línea de Las Delicias de Belén, la empresa familiar de la que son socios: mermeladas. Primero la de fresa, después mora y guayaba, y por último las de sabores combinados –lechosa con piña, higos con nueces, auyama con naranja y jengibre, y cebollas con pasas, que gustan como aderezo de quesos, patés, carne, pollo y chuletas–, y las picantes, de piña, de higo y de pimentón.
Con la pareja se asoció Carlos Eduardo Maldonado Lobeto, hijo de ambos, responsable del mercadeo de los productos de la empresa –que desde hace un tiempo se ofrecen en cadenas de supermercados–, que solo espera por los registros sanitarios para llevar al mercado dulce de lechosa, pepinillos agridulces, pasata y picante de lechosa a base de papelón.
“Como las conservas y las mermeladas son 100% naturales y se ofrecerán en envases de 230 gramos de capacidad”, aclara Maldonado, antes de revelar que hay interés por una línea ligera, sin azúcar. “Pasar de ferias y bodegones a los anaqueles de los supermercados no fue fácil”, reconoce Maldonado, quien menciona la obtención de permisos y la infraestructura entre las dificultades, aunque seguro de que era la única forma de crecer y dar a conocer la marca en todo el país.