Rusia ganó hoy con facilidad el partido inaugural de la X Copa Confederaciones al derrotar a la débil Nueva Zelanda (2-0) en el espectacular San Petersburgo Arena.

Los pupilos del ruso Stanislav Cherchésov dominaron el partido de principio a fin, aunque les faltó clarividencia en ataque, mientras que los neozelandeses se limitaron a defender con los once futbolistas detrás del esférico y a probar suerte a balón parado.

Rusia debutaba en esta torneo, considerado unánimemente el ensayo de cara a la Copa Mundial, mientras que los neozelandeses participan por cuarta vez.

No obstante, en el partido no hubo color para alegría del presidente ruso, Vladímir Putin, que acudió un estadio de fútbol por primera vez en largo tiempo y que estuvo acompañado en todo momento por el máximo dirigente de la FIFA, Gianni Infantino.

Tras ser apeados en la primera fase del Mundial de Brasil y la Eurocopa de Francia, los rusos empezaron con intensidad y en los primeros quince minutos dispusieron ya de varias claras ocasiones de gol.

En el minuto 7 el central ruso Vasin remató a un poste a la salida de un corner y cuando el balón se paseaba por la línea de gol fue despejado por McGlinchely. Dos minutos después otro futbolista neozelandés, Smith, despejó cuando el balón se colaba en la portería tras un disparo de Poloz que había superado la salida del portero visitante.

Fue al minuto 30 cuando el ruso Glushakov, tras un magnífico pase al primer toque de su compañero Poloz, fabricó el primer gol del partido y del torneo al elevar el balón sobre la salida del portero.

En la segunda parte, los rusos arrancaron con la intención de cerrar cuanto antes el partido y a los cuatro minutos de la reanudación Marínovic salvó a su equipo al despejar brillantemente el cabezazo de Poloz.

De nuevo, el guardameta de los visitantes, que juega en el Unterhaching, de la cuarta división alemana, volvió a frustrar poco después al delantero ruso con una magnífica estirada.

Los neozelandeses intentaron buscar a Rojas, pero éste apenas tuvo oportunidad de demostrar su clase.

Ante la falta de profundidad de los suyos, el seleccionador del equipo oceánico, Anthony Hudson, sacó al jugador del Marsella, Tuiloma, la mayor promesa del fútbol neozelandés, y después al héroe del Mundial de Sudáfrica, el veterano Smeltz.

Al minuto 69, definieron el partido a su favor con la anotación de Smólov, quien se escapó de su marcador y remató el pase  que recibió de su compañero Samédov.

En la próxima jornada, el 21 de junio en el estadio del Spartak Moscú, los rusos recibirán a la Portugal de Cristiano Ronaldo, mientras que los neozelandeses se enfrentarán a México en Sochi.


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