Serán los últimos en debutar en Rusia, pero no por ello su ilusión es menor: la Polonia de Robert Lewandowski y el Senegal de Sadio Mané abrirán su Mundial en Moscú, en el último partido de la primera jornada de la fase de grupos.

Si Polonia quiere hacer algo importante en esta Copa del Mundo necesita a un Lewandowski inspirado. El astro del Bayern de Múnich acabó la Bundesliga como máximo anotador por tercera vez, con 29 dianas, logrando 41 goles entre todas las competencias de la temporada.

Lewandowski admitió que la Eurocopa de 2016, donde marcó una sola vez y su equipo cayó en cuartos de final, es una espina clavada. Cree que llega a este Mundial con una mentalidad más positiva.

“Estoy seguro de que ahora entrenaré mejor y que estaré fresco y dinámico en el momento adecuado. Comencé a prepararme para el Mundial mucho antes”, asegura.

Polonia llega a Rusia avalada por su octavo puesto en la clasificación FIFA, en la octava vez que llega a la fase final del Mundial. El techo histórico está alto, con los terceros puestos de las ediciones de 1974 y 1982.

Frente a los polacos estará en el césped moscovita un Senegal que también tiene una estrella de la que depende casi todo, Sadio Mané, que marcó 10 tantos en la Liga de Campeones con el Liverpool, incluyendo uno en la final perdida por 3-1 ante el Real Madrid.


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