Uruguay profundizó en su crisis y firmó una cuarta derrota consecutiva en un amistoso contra la Francia campeona del mundo, que cerró con triunfo su año más glorioso gracias a un gol de penalti de Olivier Giroud (1-0).

Los de Óscar Tavárez, llenos de jugadores poco habituales, penan por encontrar el brillo que demostraban antes del Mundial y, salvo la victoria contra México en el primer duelo a la vuelta de Rusia, han perdido todos sus duelos.

Era propicio el duelo contra la última campeona del mundo para que la primera recobrara ánimo. También el escenario, el imponente Estadio de Francia. Pero nada de eso devolvió a los «charrúa» a la senda acostumbrada.

El equipo no recuerda nada al de las últimas glorias. Solo Cavani, que jugaba en su ciudad, pareció con un exceso de motivación.

En su estadio de referencia frío, con huecos en las gradas donde suele faltar espacio para un alfiler, el equipo de Deschamps ha bajado la presión, como si al final de su año más glorioso el champán ya no tuviera gas. Venía de perder contra Holanda, su primera derrota tras el festín de Moscú, que les elimina de la Liga de las Naciones y por eso hacía falta en Francia un último arreón de orgullo.


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