Cuando el venezolano Brendix Parra pateó su penal en la definición ante La Equidad por la primera ronda de la Conmebol Sudamericana, podía ser uno de los héroes en el intento de Independiente de Campo Grande por avanzar de fase.

El conjunto paraguayo buscaba intentar una verdadera hazaña: pasar de ronda a pesar de ser un equipo que no juega en la máxima división del fútbol guaraní.

Independiente descendió el año pasado a Intermedia, la segunda categoría de Paraguay, pero al mismo tiempo logró los puntos suficientes para clasificar al certamen continental.

Pero la historia del venezolano quedó lejos de la epopeya ya que a causa de ese penal, la dirigencia del club guaraní decidió echarlo del club.

Parra tomó el penal picándola a lo Panenka y lo hizo de tal manera que el arquero colombiano Diego Novoa lo pudo parar con el pecho.

Acusan a Parra de perder una importante suma económica para el club ya que avanzar de ronda en la Sudamericana le hubiese significado un ingreso de mucho dinero a las arcas de Independiente: «Si pasábamos de fase cada jugador iba a tener una buena platita, 30 millones de guaraníes (unos 4.800 dólares) para cada uno. Ahora borrón y cuenta nueva», dijo Heriberto Gamarra, presidente del club.

El venezolano se encuentra a la espera de su liquidación final del contrato, algo que desde el club ya se anunció que se cumplirá: «Una situación muy difícil luego de que me rescindieran el contrato. Pero la vida sigue, el fútbol sigue y vamos seguir hacia adelante», aseguró Parra.


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