El futbolista islandés Birkir Már Sævarsson, lateral derecho de 33 años que brilló ante Argentina, no solo vive de fútbol, también trabaja en una fábrica de sal negra en la zona industrial de Reykjavík.

No trabaja por el dinero, sino para sentirse útil cuando no entrena con el Valur, equipo de la capital islandesa. Es el único jugador de los 23 seleccionados que permanece en la liga doméstica.

“Esto es lo normal para un islandés, ¿sabes? Más normal que ir a un Mundial”, comenta en un reportaje realizado en su puesto de trabajo. 

Saevarsson besa a su pareja tras el empate con Argentina

Aficionado al hockey sobre hielo, se encuentra entre los 50 jugadores con peor valor de mercado según Transfermarkt. Pero es uno de los intocables de una plantilla que conserva prácticamente el mismo bloque que triunfó hace dos años en la Eurocopa.

Islandia es el equipo que tiene el récord Guinness al ser el primer país con menos de un millón de habitantes que disputa un Mundial. Se calcula que cerca de 10% de los 334.000 habitantes estará en Rusia para seguir las hazañas de sus seleccionados con el ritual vikingo que es toda una tradición.

En un país en el que se ha aprobado el fin de la brecha salarial entre hombres y mujeres, que dejó caer a la banca y juzgó a su presidente tras la crisis, jugadores como Saevarsson, que no se sabe si pidió permiso o vacaciones para ir a Rusia, demuestran tener los pies en el suelo.

Con información de La Vanguardia.


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