Su victoria en el Giro debería situarle en el panteón del ciclismo, pero los resultados de Chris Froome seguirán bajo la sombra de la duda durante mucho tiempo, quizá más allá del Tour de Francia, que el británico tiene previsto disputar.
Por una extraña ironía, Chris Froome recibió las felicitaciones de su antiguo rival, Alberto Contador, en el podio final del Giro. Paradoja del destino, el británico corre el riesgo de sufrir el mismo recorrido que el madrileño, que fue privado de su victoria en el Giro de 2011 ‘a posteriori’ por un control antidopaje positivo que databa del año precedente.
El periódico L’Equipe lo recuerda en su edición de este lunes. Froome se llevó «una victoria provisional», ante una posible sanción por su control ‘anormal’ (en otros términos ‘positivo’), que conllevaría la pérdida de la Vuelta a España ganada en 2017, así como de los resultados cosechados en 2018 siempre que se aplique el reglamento al pie de la letra.
Pero, para disgusto de los organizadores del Giro, que clamaron antes de la salida de su carrera por que el resultado final no se modificase fuese cual fuese la resolución del caso Froome, habrá que esperar.
Y según el prestigioso rotativo, la espera va para largo. «La defensa quiso explorar todas las posibilidades utilizando grandes medios económicos», explica el periódico galo, que señala como finales de año la fecha de resolución del caso.
Esta novela interminable pasa por la decisión del LADS, la Unidad Antidopaje de la Unión Ciclista Internacional (UCI), el dictamen del tribunal antidopaje de la UCI luego del más que probable recurso, y la sentencia final del Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
Froome, cuyos abogados recurrieron a toda suerte de expertos para encontrar fallos en el examen antidopaje (más del doble de la tasa de salbutamol permitida), se mostró impasible en el Giro: «Espero que la decisión llegue lo más rápido posible».