Los checos volverán a las urnas el 26 y 27 de enero para dirimir el duelo entre el presidente saliente, el prorruso Milos Zeman y su rival proeuropeo Jiri Drahos. Zeman obtuvo 38% de los votos luego de esta primera vuelta celebrada durante dos días, mientras que Drahos obtuvo 26% con 99% de las boletas escrutadas, de acuerdo con la Oficina de Estadísticas checa.

Pese a esta diferencia, Jiri Pehe, analista político interrogado por AFP, vaticina un “duelo ajustado”. Según un sondeo, Drahos, de 68 años de edad y a quien se le critica su falta de experiencia política, podría ganar en la segunda vuelta.

“Milos Zeman tendrá un enorme problema. Queda claro que los otros candidatos, Pavel Fischer, Marek Hilser y Michal Horacek, llamarán a votar por Jiri Drahos en la segunda vuelta”, dijo Prehe.

Drahos, ufanándose de los resultados, dijo que esperaba obtener “los votos de los que no votaron por Zeman” en la primera vuelta.

Afirmó que mantener a la República Checa del lado euroatlántico sería uno de los principales temas de su campaña y evocó “un cierto cansancio” de Zeman, de 73 años de edad, en alusión a sus problemas de salud.

Drahos invitó a Zeman a debatir en público a lo que el presidente respondió de inmediato que nunca tuvo miedo de participar en un debate; “sigo siendo joven y lleno de energía”, y aceptó el debate. “En los anteriores comicios en la primera vuelta obtuve 24% y 54% en la segunda; este año ya tengo 40% en la primera vuelta. Felicito a Jiri Drahos por su lindo segundo lugar”, dijo Milos Zeman, quien tiene el apoyo de los sectores rurales y los trabajadores manuales, mientras que Drahos es el preferido de los sectores intelectuales urbanos.

El ex embajador checo en Francia, Pavel Fischer, llegó en tercer lugar con 10% de los votos; el empresario y compositor popular Michal Horacek, 9% y el médico Marek Hilser, 8%. Según los cálculos de la agencia CTK, la tasa de participación en la primera vuelta fue de 60%, un resultado similar al de las presidenciales de 2013, la primera por sufragio universal directo.

La actividad electoral estuvo marcada por la protesta de una activista del grupo feminista radical Femen. La joven, que llevaba el torso desnudo, se acercó al presidente checo poco después de su entrada en un colegio electoral y le gritó: “Puta de Putin”. Visiblemente afectado por el incidente, el político, de 73 años de edad que camina con un bastón y tiene una salud frágil, abandonó de inmediato el colegio electoral en compañía de su esposa Ivana. Regresó minutos después y, de buen humor, afirmó que se sentía “honrado por el hecho de haber sido atacado por el movimiento Femen, que también se metió con el Papa”.


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