Reino Unido anunció este miércoles la expulsión de 23 diplomáticos rusos luego del envenenamiento de Sergei Skripal, ex espía ruso, y su hija con un agente nervioso de fabricación rusa.  

La sanción contra los agentes rusos, que tienen una semana para abandonar el país, llega luego de que el gobierno no aportara una explicación “creíble” sobre el hecho que mantiene a los afectados en un estado crítico de salud.

Theresa May, primera ministra del Reino Unido, anunció que entre las medidas tomadas por la diplomacia británica, está la cancelación de la invitación a Sergei Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, para visitar el Reino Unido.

Además, se incrementaran los controles a ciudadanos rusos que pretendan acceder al Reino Unido y se supervisará a los visitantes que pudieran «involucrarse en actividades que amenacen la seguridad nacional».

May dijo que la diplomacia rusa ha mostrado “un completo menosprecio ante la gravedad del ataque” y que han respondido con “sarcasmo, deprecio y resistencia” a los cuestionamientos.

La ministra consideró que tras un “incidente tan espantoso”, las relación entre ambos países no puede ser la misma.


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