Los jefes de Estado y de gobierno de los veintisiete países que permanecerán en la Unión Europea (UE) tras la salida del Reino Unido acordaron este viernes pasar a la segunda fase de las negociaciones sobre el «brexit», dedicada a enfocar la futura relación entre Londres y Bruselas y al periodo de transición.

«Los líderes de la UE acuerdan pasar a la segunda fase de las negociaciones del ‘brexit’. Felicidades a la primera ministra (británica) Theresa May», escribió el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en Twitter.

En la rueda de prensa posterior a la segunda jornada de la cumbre europea en la que se tomó la decisión, sin la presencia de la mandataria británica, el político polaco aseguró que alcanzar un acuerdo completo para marzo de 2019, cuando Londres debe abandonar la Unión, es «realista y, por supuesto, dramáticamente difícil».

«La segunda fase será, creo, más exigente y desafiante que la primera», añadió el ex primer ministro, quien también destacó la unidad de la Unión Europea en la primera etapa, los «esfuerzos constructivos» de May y el «duro trabajo» del negociador jefe comunitario, Michel Barnier.

Tusk manifestó su deseo de que la unidad de los socios de la Unión perdure en la nueva fase.

Acuerdo de retirada

El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, resaltó que la cuestión principal ahora es elaborar el borrador sobre el acuerdo de retirada y apostó por ratificar la versión definitiva en octubre de 2018.

Sobre las conversaciones de la segunda etapa propiamente dichas, afirmó que deberían empezar en marzo del próximo año, pero admitió desconocer cuándo terminarán.

El viernes pasado, Bruselas ya constató que se había logrado un progreso suficiente en la primera fase, centrada en los derechos de los ciudadanos, la frontera irlandesa y el acuerdo financiero, pero correspondía a los líderes de los veintisiete tomar la decisión definitiva sobre el inicio de la segunda fase.

Además, los mandatarios acordaron este viernes negociar con el Reino Unido un periodo de transición en el que el país será ya un Estado tercero y no participará en las instituciones de la UE, en la toma de decisiones de sus órganos y organismos ni en la elección o designación de sus miembros.

«En lo relativo a la transición, el Consejo Europeo toma nota de la propuesta planteada por el Reino Unido sobre un periodo de en torno a dos años, y acuerda negociar un periodo de transición que cubra el conjunto de la legislación de la UE», señalaron los líderes en unas nuevas directrices para ese segmento de la negociación.

Añadieron que los acuerdos de transición deben ser parte del acuerdo definitivo sobre la retirada británica y «redundar en el interés de la Unión», además de «estar claramente definidos y limitados en el tiempo con precisión».

«Para garantizar unas condiciones igualitarias basadas en las mismas reglas aplicadas en el mercado único, los cambios a la legislación adoptados por las instituciones, cuerpos, oficinas y agencias de la Unión Europea deberán aplicarse tanto en el Reino Unido como en la UE», recalcaron los líderes.

Vigencia de supervisión

“Los Veintisiete” subrayaron, asimismo, que todos los instrumentos reguladores, presupuestarios, judiciales, de supervisión y ejecución existentes en la Unión seguirán vigentes en el territorio británico durante la transición, «incluida la competencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea».

Los jefes de Estado y de Gobierno pidieron a la Comisión recomendaciones «adecuadas» y al Consejo, adoptar directivas negociadoras adicionales sobre los acuerdos de transición en enero de 2018.

Los líderes aseguraron que seguirán con atención el desarrollo de las conversaciones y adoptarán directrices adicionales en marzo de 2018, «en particular, en relación con el marco para la futura relación».

«(El Consejo Europeo) llama al Reino Unido a proporcionar mayor claridad sobre su posición en relación con la base de la futura relación», agregaron los mandatarios, dispuestos a continuar con los trabajos preparatorios internos sobre esa cuestión.


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