La galería es un espacio abierto con 3 paredes altas que sostienen 18 cuadros. La iluminación es tenue y el espectador puede observar la muestra entera desde un mismo punto; sin embargo, adentrarse en el mundo pictórico de Teresa Casanova significa viajar a fronteras lejanas y admirar la subjetividad de la artista a través de la textura y el encuentro con formas diversas. Detrás del olvido se inaugura el domingo en la Galería D’Museo del Centro de Arte Los Galpones.

“La confección de este trabajo fue muy complicada y experimental porque me encanta investigar con varias técnicas. Siendo artista cambiar es importante”, subraya Casanova, quien a pesar de haber mostrado habilidad para la fotografía, el diseño y la pintura se ha mantenido creando desde la plástica, con una constante búsqueda de la textura y del signo precisos para asegurar una experiencia en el espectador.

Cinco décadas de trayectoria artística hacen de Teresa Casanova una pionera en las artes plásticas nacionales. Es pintora, escultora, grabadora, ceramista, diseñadora gráfica y artista visual egresada de la Escuela Cristóbal Rojas y del Instituto Neumann. Desde sus inicios en Venezuela y luego en Brasil, donde asegura que comenzó a darse conocer, fue precursora en el trabajo de piezas tridimensionales desde la estética de la corriente del informalismo, el cual utiliza la textura como posibilidad expresiva.

Detrás del olvido se asienta en la intervención de cartas recibidas o enviadas desde Estados Unidos, Francia, Argentina y Venezuela. Sin embargo, la palabra o el mensaje no son descifrables en la muestra, lo que cobra relevancia en cada una de las piezas es el asombro que el espectador encuentra al vincular intuitivamente elementos opuestos. “El arte es precisamente hallar la sorpresa en la superposición”, asegura sobre la muestraen la que las letras se confunden entre collages, paisajes, nubes, naturaleza y color.

“La exposición trata de descontextualizar la letra y el signo y ver la imagen de lo escrito solo desde una perspectiva estética”, explica Casanova, quien tomó un fajo de cartas encontradas en su hogar, que incluyen misivas enviadas a miembros de su familia por varias décadas. “Yo empecé a leerlas, pero no era el contenido lo que me interesaba, sino el trazo y la forma. Este ha sido uno de los trabajos más intuitivos que he hecho”, agrega.

Detrás del olvido se presenta como un homenaje póstumo a la periodista y promotora de arte venezolano, Sofía Ímber. “Ella estaba muy atenta a las obras de todos los que éramos creadores. Yo estaba pendiente de muchas cosas, de buscar materiales nuevos y a veces no llevaba un registro y ella escogía las palabras precisas: ‘Cuando dudes, agarra tu diario y léetelo, así puedes recordar que eres una artista’, me decía cuando pasaba por mi casa donde estaba mi taller”, recuerda Casanova.


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