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Robert Pattinson consigue por fin hacer olvidar la saga Crepúsculo con una espectacular interpretación en Good Time, una película en la que se transformó tanto que nadie lo reconoció durante el rodaje en las calles de Nueva York.

“Iba por la calle con una cámara rodando a mi lado y la gente hacía como que no se daba cuenta. Nadie me reconoció y ni siquiera me tomaron una foto con el teléfono”, recordó el actor británico en una rueda de prensa en Cannes, donde el filme, dirigido por los hermanos Joshua y Benny Safdie, participa en la competición oficial.

Más de un año de trabajo le llevó a Pattinson meterse en la piel de Connie, un personaje muy diferente a todo lo que había hecho hasta ahora. Alguien amoral que no se interesa por nadie hasta que se ve forzado a hacerlo, lo que supone una situación nueva para él. Una historia que se desarrolla en el barrio neoyorquino de Queens, donde Connie y su hermano Nik –interpretado por uno de los realizadores, Benny Safdie– cometen un atraco a un banco que sale mal.

Nik es detenido por la policía y ahí empieza una vertiginosa noche en la que Connie intenta por todos los medios que su hermano salga libre. Un recorrido por las calles nocturnas de Nueva York grabado de forma muy realista con un equipo mínimo en cada escena, mientras los directores iban dando las indicaciones a distancia a través de mensajes telefónicos. Un método ante el cual Pattinson se mostró un tanto reticente al comienzo porque no quería que la filmación se llenara de paparazzi o de curiosos, algo que para su sorpresa no ocurrió.

“Intentaba ponerme en el lugar del personaje, meterme entre la gente en la calle, probamos muchas cosas diferentes, incluso con el maquillaje; nadie se daba cuenta de nada”, contó el artista.

Es la quinta película de los hermanos Safdie, dos cineastas independientes, autores de títulos como Heaven Knows What (2014) o Go Get Some Rosemary (2009), que con Good Time han conseguido una excelente reacción en Cannes.

Con un estilo vibrante, la cámara encima de cada personaje y una estrafalaria galería de figuras marginales, los Safdie han construido un efectivo retrato de la capa más deprimida y abandonada de la sociedad.

Una narración rítmica en la que la música de Iggy Pop se convierte en un personaje más de la película, como reconoció Joshua Safdie, para quien el rockero es un poeta y uno de los grandes artistas estadounidenses.

Aunque reconoció divertido que solo se reunió con Iggy Pop virtualmente, destacó la importancia de la música para cumplir el objetivo que tienen cada vez que hacen un largometraje y es que los espectadores se sumerjan en la historia. Para lograrlo también evitan dar muchos detalles biográficos de los personajes. “Nuestro proceso de escritura es muy complicado e incluso agresivo. Con cada proyecto es más retorcido. Todas nuestras películas se basan en los personajes, pero lo que buscamos es verlos a ellos, no contar toda su vida”, indicó.

Personajes que en Good Time casi se confunden con cualquier individuo de la calle, uno de los elementos que más atrajo a Pattinson de este proyecto. De ahí la obsesión de los realizadores con que fueran reales, no que se vieran las interpretaciones. Y para lograrlo, los actores encargados de dar vida a los hermanos desarrollaron una correspondencia por correo electrónico en la que se escribían como si fueran Connie y Nick.

“Nos ayudó a desarrollar la extraña relación que hay entre ellos”, dijo el actor y director del filme Benny Safdie. Una dependencia que Nick tiene de su hermano y que es el resorte que inicia la acción de una cinta que ha entrado fuerte en las quinielas para la Palma de Oro.


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