El ser humano ha logrado hitos que parecían imposibles; entre muchos, volar, llegar a lo más profundo del mar y pisar el suelo de la Luna. 

En la exposición Universo flotante, en La Caja 1 del Centro Cultural Chacao, 23 piezas exaltan la capacidad humana para comprender el mundo interior en el que habita la materia.

“El Universo flotante es básicamente una invitación a que entendamos que somos tan infinitos por dentro como el universo”, indica el artista caraqueño, diseñador industrial, cuya obra ha sido producida 50% manual y 50% digitalmente. “Mi generación es la última que vivió la primera parte de su vida de manera analógica y la segunda de forma digital. Así que mis obras tienen ese híbrido, tanto por las técnicas de clases como por el manejo de la realidad”, agrega. 

La exposición está integrada por un lado positivo, que serían los astronautas, y un lado negativo, que serían las meninas. “No hay una cosa más icónica en la historia para referirnos a la comprensión interior que los logros de los astronautas, quienes volvieron natural algo aparentemente imposible», señala. 

Las meninas, por otra parte, son especies de diosas o extraterrestres que vienen de otro mundo. “Están conformadas por dos partes, el rostro femenino y los monolitos, que son cuerpos verticales que a nosotros nos remontan a los primeros inicios de lo que era Dios. Utilicé el monolito porque es uno de los códigos más antiguos de la humanidad”, señala Cardozo, quien también se ha desempeñado como docente en las áreas de Diseño Industrial, Diseño Conceptual y Diseño de Empaques. 

Otra parte de la muestra es el laberinto, en el que el artista reflexiona sobre la representación mental, que es la manera en la que la humanidad percibe la realidad.

La curadora María Teresa Govea-Meoz explica que el origen de Universo flotante proviene de los principios del árbol de la vida en la Kabbalah, donde la realidad se basa en tres fuerzas de energía: las mencionadas cargas positiva y negativa, y la carga neutra. Cardozo añade: “Tengo 10 años estudiando la Kabbalah. El árbol de la vida es literalmente el plano con el que se diseñó este universo. A partir de ahí escuchas que todo el basamento de su texto habla de seres que viajaban de universos a otros, y de mundos a otros. Esto no es muy distinto de lo que hace un astronauta. El concepto es el mismo, el viajero del mundo”. 

En cuanto a la situación económica y política de Venezuela, Cardozo considera que, aunque es dificultosa para los artistas, representa un momento propicio para la creatividad. “En Venezuela tenemos un pico alto de creatividad. Estamos pasando por retos porque desarrollamos conceptos a partir de las limitaciones. Por ejemplo, para una de las meninas no conseguía los ojos de vidrio, así que tuve que generarlos maquillándolos a la escala de una metra. Y es la única manera, porque el artista debe resolver con lo que dispone”. 

Universo flotante
La Caja 1, Centro Cultural Chacao
Inauguración: 17 de febrero
Horario: de 11:30 am a 5:00 pm
Entrada libre


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