El rodaje se desarrollaba en el tiempo previsto. Ningún contratiempo había interrumpido la filmación de Dirección opuesta, hasta que la semana pasada María Gabriela de Faría, quien interpreta a Eugenia Blanc, recibió una llamada en la que le confirmaban que había sido seleccionada para formar parte del elenco de una serie de Netflix.

Un balde de agua fría para el equipo, que preveía culminar las filmaciones en Venezuela antes de fin de año. La actriz, que llegó hace un mes al país, había rechazado otras dos ofertas de la empresa estadounidense para comprometerse con la adaptación cinematográfica de la novela Blue Label/Etiqueta azul de Eduardo Sánchez Rugeles, pero esta oportunidad fue lo suficientemente tentadora como para no aprovecharla.

Sin embargo, la idea es que la actriz, de 25 años de edad, vuelva en enero para finalizar el rodaje. El cineasta Alejandro Bellame lo sabía desde hace una semana y compartió la información con muy pocas personas de su equipo. No había necesidad de restar ímpetu en el ambiente.

Rodaron hasta el sábado a las 11:00 pm y De Faría partió del país el domingo. “Un par de semanas antes de ir a Venezuela hablé con mi agente y le dije que no me enviara a más audiciones, que tenía que concentrarme en Dirección opuesta. Quedamos así, pero salió una oportunidad y mi manager me pidió que lo hiciera porque se trataba de la misma directora de casting de La liga de la justicia Mujer maravilla. Grabé y envié sin muchas expectativas porque acá en Estados Unidos hay que pasar por muchas pruebas para obtener el papel. Me dijeron que como yo estaba en Venezuela, podían usar esa misma grabación para el resto del proceso. Me llamaron y me ofrecieron el papel”, cuenta desde Los Ángeles, donde ayer se reunió con la producción de la serie, además de ocuparse de buscar ropa para la fría Vancouver, donde se grabará el piloto.

De Faría no puede adelantar mucho. “Trabajaré para una historia de un canal estadounidense que eventualmente irá a Netflix. No puedo decir mucho porque el casting será anunciado el 9 de noviembre. En el primer trimestre de 2018 se verá si el proyecto tiene luz verde. Si es así, filmaremos entre junio y diciembre”, indica pocas horas antes de viajar a Canadá.

Con respecto a las anteriores propuestas rechazadas, afirma: “Lo hice justo en el proceso por el que los actores tenemos que pasar para conseguir el papel. No quise llegar a la última prueba con el canal”.

La actriz agradece el apoyo del equipo de Dirección opuesta con lo ocurrido. Para Bellame lo único preocupante es la inflación. Acá restan cuatro semanas de filmación y dos en Roma. “El cronograma no varía. El plan siempre fue viajar a Italia entre marzo y abril”.

Asevera que también colocaron en la balanza el perfil que tendrá en lo sucesivo De Faría. “Será mucho más internacional y a la película le conviene eso”.

Cal y Canto. El martes pasado en la quinta Cal y Canto de Colinas de Bello Monte, diseñada por Fruto Vivas, se filmaron las escenas correspondientes a la fiesta en la que por primera vez hablan Eugenia Bianchi, como se llamará el personaje en el largometraje, y Luis Tévez, interpretado por Christian González.

El día fue lluvioso. En el set contaban que Sánchez Rugeles, coguionista junto con Bellame, está muy atento a lo que ocurre. Pide fotos de las escenas, del look de los actores, de los escenarios. Desde España no quiere dejar ningún detalle a su imaginación.

Los extras rondan los 20 años de edad. Muchos de ellos, afirmó el productor José Ernesto Martínez, han leído la novela. Apenas supieron que buscaban personal, acudieron a las audiciones.

De Faría y Laura Portela, que encarna a Natalia, ensayaban frente a Bellame. En la escena, ambos discuten si Eugenia va o no a Chichiriviche. Culminó la práctica y se unieron al resto para cenar.

Sirvieron la comida en el jardín. Momento de distensión. Luego, todos volvieron a la casa, amplia, con recovecos delineados de una forma que capta cualquier atención. Se nota que no es una vivienda cualquiera, sino que hubo un esmero en cada detalle: el piso, las paredes, las esquinas, el techo, lucen como el resultado de un trazo que va más allá del encargo. Una casa de autor, dirían algunos. Fruto Vivas, por teléfono, dijo días después que la diseñó para Josefina Palacios.

Terminada la cena, muchos fueron al baño, necesidad en la que no hay favoritismos. Tanto protagonistas como extras hacen la misma fila para el sanitario, que sirve tanto para mujeres como para hombres.

En unos minutos de descanso, Bellame contó que cambiaron el nombre a Dirección opuesta porque Diageo, que posee el derecho de la marca Johnnie Walker, hasta la semana pasada no había dado respuesta sobre el permiso para usar Blue Label/Etiqueta azul en la adaptación cinematográfica. Por eso optaron por el nombre de la canción de Cayayo Troconis, compositor que será de importancia en la historia.


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