Hay cicatrices que marcan no solo a quien las carga, sino también a la familia y los amigos.

El pequeño poni, obra que se presenta en el Trasnocho Cultural, retrata el daño que produce el acoso escolar en padres e hijos.

Original del dramaturgo español Paco Becerra, la obra fue adaptada y dirigida por Daniel Dannery con el propósito de generar conciencia en el público sobre los efectos del acoso escolar. El pequeño poni es una historia basada en hechos reales que refleja desde la mirada de los padres la situación de Luismi, un niño de 10 años, quien es castigado por sus compañeros de colegio por utilizar un morral con imágenes de la comiquita Mi pequeño pony.

La obra comienza con Irene y Jaime en su hogar, representados por los actores Juan Carlos Ogando y Ana Freitas. Es una noche cualquiera y los temas de conversación son banales. Luego, como si fuese un tema secundario, la madre comenta que los han citado del colegio para hablar sobre Luismi por un problema que tuvo en clase.

A los padres, al principio calmados y racionales, los invade la ira a medida que el conflicto empeora.

Según Dannery los padres, muy débiles emocionalmente, hacen un descenso a los infiernos de manera rápida y violenta. Además, Luismi pierde su identidad a medida que transcurre la pieza: es incapaz de encontrar refugio en sus figuras centrales. Al contrario, colaboran a que el problema que enfrenta transmute en algo capaz de contaminar cada célula de su cuerpo y mente.

Un niño solitario, víctima del abuso físico y verbal de sus compañeros, es desatendido por sus padres, quienes solo responden a los llamados y reclamos del colegio. No lo escuchan, hacen caso omiso a los cambios conductuales que, claramente, exhibe Luismi y niegan la situación para no confrontar el problema latente.

Dannery comenta que los niños son reflejo del hogar, o de quienes los crían, lo que permite entender por qué ciertas personas actúan de una manera u otra. Son capaces de hacer visibles los conflictos familiares, proyectarlos en los demás y causar daño.

Se refiere al caso de Luismi como “la consecuencia de un problema de comunicación entre los padres”. La falta de comunicación, producto del miedo a enfrentar el problema central, mueve las acciones de los padres, ya que cada uno cree ser dueño de la verdad, explica el director. Luego del viaje hacia la desgracia, Irene y Jaime entienden qué hicieron mal y descubren que entre ellos se ocultaron muchas cosas sobre Luismi, e incluso sobre su propia relación.

El acoso escolar cobra cientos de víctimas cada año en todo el mundo y por eso Freitas y Ogando, sensibilizados por los roles que cumplen en la obra que estará en cartelera hasta el 16 de diciembre, hacen un llamado a la audiencia para que escuchen a sus hijos y se fijen en aquellos cambios que pudieran parecer insignificantes: a partir de ese momento se está salvando una vida.

El pequeño poni
Trasnocho Cultural
Viernes 5:00 pm; sábado y domingo 4:00 pm
Entrada: 174 bolívares


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