La vida de Pacho Flores es una constante gira. Hoy puede tener un concierto en Singapur, pasado mañana otro en España, para regresar a la siguiente semana a Asia porque se presentará en China. Así ha sido desde hace cinco años, cuando empezó a dedicarse como solista a tocar trompeta.

Ahora da a conocer su cuarto disco, luego de La trompeta venezolana, Cantar y Entropía. Se llama Fractales y lo realizó junto a la Arctic Philharmonic Orchestra, dirigida por el compositor y trombonista sueco Christian Lindberg, a quien considera su mentor y padrino musical.

El venezolano, nacionalizado español por matrimonio, residencia y elección, conserva el acento andino heredado de haber nacido en San Cristóbal. Habla con cordialidad y jovialidad a pesar de que en pocas horas tiene un concierto en Finlandia. “Fractales representa un salto importante en comparación con los otros discos, pues lo produjimos con una orquesta sinfónica de más de 80 músicos”, afirma el trompetista, quien se formó en el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela.

La complejidad de Fractales no radica solo en que fue grabado durante cuatro días sin la necesidad de un estudio, sino también en la diversidad de compositores que Flores interpreta. El álbum contiene piezas tan variadas como tangos del argentino Astor Piazzolla, bossa nova del brasileño Antônio Carlos Jobim y los aires gitanos del español Pablo Sarasate, así como un apartado para la música académica con el Concierto para trompeta del austríaco Joseph Haydn, que para el músico venezolano es el más importante que se ha escrito en torno al instrumento de viento.

Además, en las grabaciones Flores hizo improvisaciones para las composiciones de Jobim y Piazzola. “En este disco estamos dando una visión de hacia dónde va la música en el siglo XXI. El concierto de Haydn ha sido grabado muchas veces por grandes intérpretes, y esta vez quisimos darle una vuelta de tuerca. Por eso lo interpreto con tres trompetas distintas, lo que me da una gran gama de colores y matices. Tenemos un gran collage de piezas”, refiere.

De ahí el uso de la palabra fractal para titular el disco, que se refiere a un objeto geométrico que tiene una estructura básica fragmentada o aparentemente irregular.

La idea de grabar Fractales surge del éxito obtenido durante la gira por Europa que ha realizado el venezolano junto con la Arctic Philharmonic Orchestra. “La combinación de un solista del Caribe con una orquesta y un director nórdicos, en escenarios totalmente europeos, ha sido una gran apuesta”, asegura.

Flores considera que en la fusión de distintas tendencias y géneros musicales, al igual que en el encuentro de diferentes culturas, está el presente y el futuro de la música. Aunque también destaca la importancia de que un artista integral sepa manejar la técnica de la improvisación y que pueda desarrollar su capacidad para tocar música clásica.

“Si eres un gran guitarrista pero tienes limitaciones para improvisar, no podrás abordar repertorios contemporáneos con esos elementos. Y si una persona creativa en la improvisación no tiene la técnica suficiente para tocar los conciertos universales, no podrá llegar a un público formal”, agrega.

El trompetista también dedica el disco al maestro José Antonio Abreu. Recuerda que la primera vez que tocó el Concierto para trompeta de Haydn tenía 17 años de edad, y el fundador del sistema le pidió que lo interpretara con la Sinfónica Simón Bolívar, en ese momento dirigida por Manuel Hernández Silva. Luego, Abreu le recomendó que lo grabara en algún momento. “Y, bueno, aquí está. Sé que, esté donde esté, lo estará disfrutando”.

La agenda de Flores sigue llena. Este 2018 tuvo más de 90 conciertos en países como España, Estados Unidos, Hong Kong, China y Singapur. Durante los próximos dos años seguirá tocando, entre otras, con la Real Orquesta Filarmónica de Liverpool y la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. 2019  empezará para él trabajando: el primero de enero abrirá el concierto de Año Nuevo de Holanda con el venezolano Christian Vásquez y después hará lo propio en Austria con la Filarmónica de Salzburgo.

Espera volver pronto a Venezuela, tierra que no pisa desde hace cinco años, para compartir sus experiencias con los niños y jóvenes que se forman en el sistema. Probablemente vendrá en el segundo semestre de 2019. “Soy un hijo del sistema. Es algo que nunca negaré porque le debo absolutamente todas las oportunidades que he tenido para seguir luchando”, señala. Y sobre si la situación del país podría afectar a la institución, expresa: “Esto no se puede acabar pese a lo que se vive allí. Tenemos que seguir. No me imagino a Venezuela sin sistema, sería un gran error”.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!