Hasta hace unos meses, Sthefany Gutiérrez llevaba una vida normal en Barcelona. Estudiaba el quinto semestre de Derecho en la Universidad Santa María, en el núcleo Anzoátegui. Por las tardes, se ejercitaba con empeño y visitaba a su abuela regularmente.

El jueves pasado se convirtió en la nueva soberana de la belleza venezolana y su vida dio un giro de 360 grados: ahora deberá representar al país en el Miss Universo ante muchas culturas. Las aspiraciones más altas solo son peldaños para la nueva Miss Venezuela, quien incluso no descarta su incursión en la política.

“Yo toda mi vida he vivido en Barcelona. Mudarme a Caracas para participar en el concurso fue un cambio drástico”, revela. Gutiérrez comenzó a escalar posiciones en la carrera de la belleza nacional cuando tenía 15 años de edad, luego de convertirse en la sucesora de Edymar Martínez, Miss Internacional 2015, en los carnavales culturales y turísticos de Barcelona. “Siempre quise ser Miss Venezuela, porque quienes participaban en el concurso eran un ejemplo entre mis allegados”, precisa la morena de 18 años de edad, que creció en el poblado de Guamachito de Anzoátegui.

“Desde que era pequeña, mi familia se reunía a ver el concurso y siempre fue mi sueño poder alcanzar esta corona. Ahora que lo logré me siento muy feliz de poder llenar de orgullo a mi familia, que se reunió en mi casa y montó una pantalla para ver la transmisión”, relató la espigada muchacha que a lo largo del período de preparación para el concurso fue comparada con Carolina Indriago, Miss Venezuela 1998.

“Este es el sueño de cualquier niña”, asegura Gutiérrez, y añade que aun cuando el concurso se realizó en unos de los estudios más pequeños de Venevisión, el espectáculo fue histórico. “Me sentí como si estuviese en el Poliedro de Caracas. Trabajamos con personas que hicieron un show de primera que no tiene nada que envidiarle a los de años anteriores”, agregó y recordó las presentaciones musicales de Juan Miguel y de Chyno, quienes cantaron en un show que culminó con su coronación a las 12 pm.

A la mañana siguiente de la edición número 65 del concurso, el cuadro final integrado por Miss Venezuela, Miss Venezuela Mundo y Miss Venezuela International, así como por las dos finalistas, se reunió con los medios de comunicación. Todas llegaron al encuentro con coloridos vestidos de flores ceñidos al cuerpo, brillantes coronas sobre sus cabellos y unas sonrisas que hicieron resonar los flashes de las cámaras por casi dos horas. Megan Beci, Biliannis Álvarez, Mariem Velazco, Veruska Ljubisavljevic y Sthefany Gutiérrez respondieron las preguntas de los comunicadores con el mismo ímpetu con el vencieron a sus contendientes.

Cuando le preguntaron por una posible incursión en el mundo de los presidentes, diputados y concejales, dada su afición por las Ciencias Políticas, Gutiérrez respondió: “Soy una chica de 18 años de edad que aún está conociendo muchas cosas, pero como estudiante de Derecho, no descartaría optar por un cargo político. ¿Ser presidenta de Venezuela? Quién sabe. Es algo que me llenaría de orgullo y apostaría todo por sacar a mi país adelante”.

El contexto nacional no escapó a las respuestas de las reinas de belleza, sin embargo, el optimismo se impuso. “De los peores momentos salen las mejores cosas y estoy segura de que seremos unas reinas que llenaremos de alegría a los venezolanos”, aseguró Mariem Velazco, Miss International.

Las cinco muchachas mostraron seguridad al responder y aseguraron que la rivalidad entre las concursantes es un prejuicio. “No hay rivalidad entre nosotras”, dijo Miss Venezuela Mundo, Veruska Ljubisavljevic, quien incluso apuntó que entre ella y Gutiérrez ha surgido una bonita amistad. “Yo le dije que le iba a enseñar a manejar”, agregó riéndose y Miss Venezuela secundó la afinidad con su compañera al afirmar: “Si tuviese que coronar a una Miss Venezuela, sería a ella, es mi modelo a seguir, cuando seas más grande quiero ser como ella”.


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