—Yo quiero que mi hija sea reina.

—Todavía es muy pequeña. Dentro de unos años vas y la inscribes en el Miss Venezuela.

—Es que ella va a ser Miss Venezuela, pero primero será la reina del José Félix Ribas.

La mamá de Isabella Rodríguez, la nueva Miss Venezuela, se encargó de organizar el primer certamen de belleza en la Zona 7 del barrio José Félix Ribas de Petare. La comunidad se tomó muy a pecho el concurso. Los padres inscribieron a sus hijas, les compraron vestidos y las maquillaron para la ocasión. Los vecinos fungieron de jurado. Entre las favoritas destacó Isabella, no solo por su estatura, sino también por su personalidad. En algún lado esa niña había aprendido a caminar como una modelo.

Ella aprendió en su casa (y por su cuenta). La sala era su pasarela y su familia los espectadores del desfile que realizaba cada vez que se reunían para celebrar un cumpleaños. El primer reinado lo logró en su hogar.

Del barrio saltó para el Miss Municipio Sucre, Sambil Top Model, Chica HTV y el reality show del programa televisivoPortada’s. Sin el apoyo de su mamá, esa empresa hubiera sido imposible. La señora Rodríguez la acompañaba al gimnasio, le preparaba la comida, la esperaba después de las prácticas. Era su manager.

Cuando se abrieron las postulaciones por Internet para el Miss Venezuela, Isabella no dudó en inscribirse. La convocatoria fue todo un éxito. Era la primera vez que la organización del certamen implementaba esta modalidad para participar. En esa oportunidad recibió más de 1.300 solicitudes, de personas que iban desde abuelas hasta muchachas que querían conocer cómo funcionaba el novedoso proceso. En una etapa inicial, el comité escogió a 300 jóvenes, que luego pasaron a 70 y después se realizó una “evaluación integral presencial” para definir a las 24 candidatas finales.

Isabella pasó cada uno de esos filtros. El empeño que había puesto durante tantos años de preparación valió la pena. “Recuerdo una vez que salí del gimnasio, me monté en la camioneta y estaba tan cansada que me desmayé en pleno pasillo de la unidad”, comenta la joven de 25 años de edad. “Pero cuando estás sobre el escenario, con el vestido y el maquillaje, te das cuenta de que la satisfacción es más grande que cualquier obstáculo”, agrega.

Para ella el modelaje no era algo nuevo, pero para otras participantes sí. Fue el caso de Alondra Echeverría, de 22 años de edad, procedente del barrio La Macarena Sur de Los Teques. Isabella se dio cuenta de su poca experiencia y la acogió bajo su tutela para enseñarle a transitar sobre la pasarela.

Las reglas del concurso desde el primer momento fueron iguales para todas. Llegaban uniformadas, se maquillaban con los cosméticos que la quinta puso a su disposición, se peinaban con los estilistas de la organización…

El hecho de tener (o no) un mayor poder adquisitivo no implicó una ventaja.

Precisamente Nina Sicilia, gerente general del Miss Venezuela, se ha encargado de que así sea.

Isabella Rodríguez, Miss Portuguesa, resultó ser la ganadora del Miss Venzuela 2018. La primera finalista, su pupila, Echeverría, Miss Yaracuy; y la segunda finalista Oricia Domínguez, Miss Táchira. El concurso terminó a las 12:00 pm y ellas no pararon de trabajar durante el viernes.

“¿Puedes creer que no he hablado con mi mamá?”, contesta exaltada Isabella cuando le preguntan por la reacción de su familia.

Su madre y sus hermanos migraron a Perú por la situación actual del país. Ella no planea irse pronto. Aún tiene muchos compromisos en Venezuela. Quizás el más importante es prepararse para el Miss Mundo 2019. “Ahora el reto es aprender inglés porque el dominio de esa lengua es fundamental para ese certamen”, señala Sicilia.

La celebración por su victoria embargó a gran parte del este de la capital. Isabella no solo vive en Petare, sino que estudia Seguridad Industrial en el Instituto Universitario Antonio José de Sucre, ubicado en La Urbina. “Esa es mi zona y no me da pena decirlo. Siempre reconozco y honro mi origen”, afirma quien también obtuvo las distinciones de Mejor Personalidad y Mejor Pasarela.

Si bien en las redes surgieron comentarios clasistas y racistas sobre su triunfo, la joven no guarda ningún resentimiento hacia esas personas. “Soy una mujer disciplinada y constante. Los que me insultan de esa manera no me conocen y por eso los ignoro”, expresa.

Miss Venezuela 2018 buscará crear un programa enfocado en subsanar el déficit nutricional de los niños de Petare. El nombre de su proyecto, “Arepas con amor, hechas con el corazón”, rima con su fe. La familia Rodríguez es cristiana y siempre participa en las actividades que organiza la iglesia de su comunidad, por lo que el trabajo social no es ajeno a sus costumbres; al contrario, Isabella se proyecta como un agente de cambio, y ahora ya no solo en Petare, sino en todo el país.


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