María Eugenia Mosquera se arma de una firme perseverancia cuando se le pregunta por la crisis venezolana. Considera que ya el país está renaciendo, no obstante las carencias que cada vez son más graves. Eso lo ve en la cantidad de eventos culturales que ocurre a diario, lo cual define como una demostración de resistencia y civilidad, como una señal de reconstrucción de la convivencia desde el emprendimiento impulsado por la sociedad civil.

Vale TV, medio del que es directora y fundadora, es otro ejemplo de constancia. El 4 de diciembre, la empresa, que fue cedida a la Iglesia católica durante el segundo gobierno de Rafael Caldera, cumplió 20 años transmitiendo exclusivamente programas culturales, científicos, tecnológicos e informativos. De ahí el eslogan que la ha definido: “El mundo en un solo canal”.

A propósito del aniversario, se lanzaron, en formato micro, cuatro series sobre la lucha armada y la pacificación. Otras producciones son Música de nuestra tierra y Geografía y potencialidades, así como un documental sobre el doctor José Gregorio Hernández.

“Desde la creación en 1998 del canal, hemos tratado de cumplir, de manera firme y continua, intentamos ser una alternativa a la televisión comercial. Deseamos mantener un equilibrio entre la calidad técnica y nuestros contenidos”, dice.

—En 20 años, Vale TV ha sido el único canal venezolano dedicado exclusivamente a la educación. ¿Cuál es su balance?

—Hemos procurado ser una ventana al mundo. El compromiso del presente y del futuro de Vale TV es el de seguir siendo un espacio para el conocimiento y la diversidad de diferentes maneras de pensar y actuar. Nuestra principal función, como medio de comunicación, es darle a la gente instrumentos para la mejor comprensión del mundo. Hemos realizado alianzas con universidades y otras televisoras e instituciones internacionales, como la Deutsche Welle de Alemania, la Fundación Japón y TV América. Lo que hacemos es reforzar lo que producimos con contenidos de Europa, Asia y América.

—El canal apareció casi simultáneamente a la llegada del chavismo al poder. ¿Ha sido una especie de luz entre tanta oscuridad?

—Nosotros hemos tratado de ser una ventana plural de conocimiento, que permita al venezolano tener la mejor calidad de programación que se muestra en el mundo. En Vale TV buscamos, también, cumplir con las expectativas de una sociedad cada vez más crítica, mejor informada y con mayor capacidad de análisis, pero que contrariamente padece de carencias y limitaciones. Entonces, tenemos que armonizar y producir un equilibrio. Hay que entender que es necesario proporcionar contenidos importantes y densos pero a través de lenguajes sencillos que se adapten a nuestro tiempo. Porque un niño de Berlín no es igual a uno de Caracas. Lo que hacemos es usar la fuerza de la televisión para llegar a diferentes estratos socioeconómicos. Estamos claros en que el mundo avanza y el país se encuentra en un cambio de paradigma.

—¿Cuáles y cómo han sido los obstáculos a los que se han enfrentado durante este período?

—Los primeros años fueron obstáculos de orden político. Posteriormente, como todo el país, los problemas han sido económicos y sociales. Este es un medio que debe estar en constante formación de colaboradores, que no son ajenos a lo que ocurre, por ejemplo, con la migración del talento joven. Vale TV se maneja de manera austera, tratando de invertir todo en el personal y en el buen contenido para garantizar la calidad técnica de lo que producimos.

—¿Cómo es la formación de los colaboradores?

—En Vale TV hay 30 profesionales de distintas disciplinas entre periodistas, biólogos, historiadores, ingenieros, filósofos, letrados y administradores. Nos abrimos a los diferentes oficios. Y también hemos procurado funcionar como un espacio de aprendizaje. Nosotros aceptamos estudiantes de todas las universidades como pasantes y el personal siempre está preparándose. Los gerentes y los trabajadores de más edad se complementan con la visión de los más jóvenes. Este año creamos la Escuela Vale de manera más formal, con la intención de instruir en algunas áreas de conocimiento a nuestros propios colaboradores. En 2019 queremos abrirnos un poco más a personas que no sean alumnos o que no estén en Vale TV.

—¿Por qué seguir apostando por la televisión educativa en un país tan convulso? 

—Prefiero no hablar de televisión educativa. Nadie se sienta a ver televisión para decir que se va a educar. La gente lo hace hoy día para ver Youtube o actualizarse, con la idea de estar informado, tener conocimiento útil o entretenerse. Por eso hemos insistido en que Vale TV es un canal que brinda conocimiento.

—¿Y por qué seguir brindando conocimiento?

—Porque es fundamental ser una alternativa en la reconstrucción de Venezuela, que ya comenzó. Así se puede apreciar en los pueblos si recorres el país. Y empezó desde la sociedad civil que no espera por el gobierno. Es una sociedad ávida de conocimiento, de contenidos útiles para esa transformación. Somos 27 millones de personas de todos los estratos socioeconómicos, con preparación técnica y académica. Hay mucha fuerza, energía, talento y criterio para sacar el país adelante. Ni se fueron los mejores ni quedamos los peores.

—En una oportunidad, el fallecido Hugo Chávez pidió que se revisara la concesión del canal. ¿Qué quedó de ese anuncio?

—Eso ocurrió en 1999. En 2002, me encargué de la estructura y fui parte de la mesa de diálogo. Evidentemente, hasta ahí llegó todo. A lo largo de estos años, el gobierno ha reconocido la labor cultural y educativa del medio. Vale TV ha firmado acuerdos en distintas etapas con la Fuerza Armada. Por ejemplo, grabamos en todos los rincones del país gracias a una alianza con el Ministerio de Defensa. Hemos firmado acuerdos con el Ministerio de Ciencia y Tecnología. El documental Jacinto Convit lo hicimos con apoyo del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, y los documentales de minería y cambio climático fueron apoyados por el Banco Central de Venezuela.

—¿Le teme a la censura?

—No. Tengo un programa semanal, Conversando con Mosquera, en el que hablo con investigadores e intelectuales sobre temas actuales. Allí hemos tenido, por ejemplo, a la historiadora Inés Quintero y al geógrafo Pedro Cunill. Acabamos de estrenar Minería ilegal y medio ambiente grabado en Las Claritas, estado Bolívar. Nosotros no hacemos ni noticieros ni política expresamente, porque no es nuestra área. Realizamos documentales de contenido útil y necesario desde el punto de vista científico. Nunca hemos censurado a un invitado. Actuamos con respeto y esperamos respeto.

—La televisión venezolana se encuentra en uno de sus peores momentos. Cada vez hay menos producciones nacionales. ¿Afecta esto a Vale TV?

—En los últimos años se nos ha sumado audiencia. Sentimos que el canal se ha consolidado. Pero tenemos mucho por hacer. Es verdad, la televisión local se ha visto afectada por la crisis económica y social. Producir cuesta mucho dinero. Cada día son más caros los repuestos y los equipos de televisión. El personal ha migrado y tenemos que estar en constante formación. Es una industria que no es ajena a los problemas del país. Es un tiempo de alianzas para todos los medios.

—¿Cuál es el rol de la televisión, como medio de comunicación, en una sociedad como la venezolana?

—Transmitir conocimiento e información con responsabilidad.

—¿Qué le hace falta a nuestra televisión?

—Reforzar contenidos de todo tipo. Armar escuelas internamente y preparar a las nuevas generaciones: estamos en un cambio de era, y ese cambio conduce a la transformación de los medios. Nos tenemos que preparar. La televisión, como la conocemos, se transforma.

—¿Vale TV aspira a perfeccionar el aspecto de las redes sociales?

—Lanzamos el canal en multiplataformas. Tendrá un compendio con todas las redes sociales, para las cuales tenemos periodistas y, para la construcción de una buena narrativa, disponemos de historiadores y estudiantes egresados de Letras.

—Para los próximos 20 años, ¿cómo proyecta a Vale TV?

—Trabajando como lo hemos hecho hasta ahora, avalados por la calidad de la programación y respondiendo a las expectativas de una sociedad cada vez más crítica, aunque con carencias y limitaciones. La principal misión es la formación de televidentes críticos bien informados y con valores.


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