En Venezuela la idealización romántica incluye desde personajes que se consagraron como los constructores de la nación, hasta lugares, momentos o frases como aquella de las calles bordeadas por casas de techos rojos que evocan una época mejor.

En Historia de una infamia, José Vívenes le agrega a esos ídolos e instantes de la memoria nacional un toque de sátira, que es su interpretación personal de la realidad del país.

El artista plástico despliega una muestra con la que intenta crear un paralelismo entre lo cursi y la atemporalidad de la historia. “En estas narraciones se empiezan a ver metáforas conjugadas con la ironía y el sarcasmo”, indica.

Vívenes opina que el arte es una pieza fundamental en la historia de la humanidad. “Siempre ha estado presente y el artista ha marcado ciertas pautas dentro del proceso histórico visual. De allí mi relación con la historiografía contemporánea venezolana y el arte”, dice.

“Yo creo que el artista también es un comunicador y un narrador. De hecho, en este caso lo que me interesa es narrar el momento histórico. Cada una de las propuestas exhibidas es una historia descrita con muchos personajes o con un solo protagonista, en el espacio de una composición y con un lenguaje plástico”, afirma Vívenes, rodeado de obras que, en algunos casos, parecen una fábula, y en otros, un alboroto de cuerpos, de colores o de elementos que evocan y cuestionan simultáneamente asuntos arraigados en el imaginario de la nación.

Historia de una infamia surge como una continuación de la investigación que Vívenes ha realizado desde hace tiempo. El primer fruto de esa búsqueda fue Basta de falsos héroes, y posteriormente Actuante. “En esta oportunidad saco algunos dibujos que formaron parte de las anotaciones de los proyectos previos. El dibujo para mí es importante, es uno de los lenguajes fundamentales para la expresión artística”, refiere.

Vívenes no se amarra a un formato o a un material; usa óleo del mismo modo que emplea acuarela o tinta en sus creaciones. “Creo que el arte es un proceso de experimentación. No se debe atener a una sola herramienta o a un solo modo de expresión. Si soy pintor eso no implica que no pueda tomar una cámara fotográfica, hacer un video o una performance. Pienso que el artista debe estar abierto a todas esas expresiones con el fin de que fortalezca su proceso de investigación y la idea para hacer que de alguna manera ambas se conjuguen”.

Vívenes de manera creativa y crítica se acerca a los hitos históricos del país a través de su obra: “Uno empieza a hacer metáforas y la obra se puede acercar a la realidad. La realidad no se copia, uno trata de interpretarla, como un cuento. Es un acercamiento. La cosa está en que el órgano vidente se la crea o no; o aún más importante, que el creador haga de esa historia una verdad”.

Con Historia de una infamia, el artista solo espera transmitir sus reflexiones acerca del entorno que lo rodea: “Yo creo que esta es una sociedad que está en ebullición y el arte es una de mis herramientas comunicacionales, lo uso para expresar esas angustias e inquietudes”.

Vívenes señala que a la hora de crear asume el rol de un comunicador y busca en otros elementos ajenos o cercanos al lenguaje plástico motivos para expresarse. Asegura que si algo hace falta en el arte venezolano actual es que se convierta en un arte comunicante y no pasivo: “Creo que el arte debe tener ese componente, debe conmover o mostrar algunas situaciones”.

Historia de una infamia

Galería D’Museo

Centro de Arte Los Galpones

Martes a sábado, de 11:00 am a 6:00 pm

Domingo, de 11:00 am a 4:00 pm

Entrada libre


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