Tres parejas jóvenes salen de excursión. Quieren pasarla bien. Hablan, ríen, coquetean y toman fotos del lugar. Todo parece indicar que será una velada sin complicaciones. Paul y Miranda, esposos con una bebé de tres meses de nacida llamada Gloria, llevan por primera vez a su hija al bosque. Jennifer y Flynn son novios: ella es periodista y él cantante de una banda de canciones vintage. Los acompañan Martin y Oskar, una pareja homosexual amante de las artes plásticas, que también quiere pasarla de maravilla con sus amigos.

Pero no todo saldrá como se esperaba en Negro, animal y tristeza, obra de la dramaturga Anja Hilling, dirigida por Orlando Arocha, que se presenta como  parte del Segundo Festival de Dramaturgia, Estación Europa, organizada por La Caja de Fósforos. Un drama profundo de dos horas que abarca un tema complejo: cómo un descuido puede destrozarlo todo.

“Esta obra habla de la fragilidad de los seres humanos. Cómo un pequeño error puede resultar fatal y cambiar la vida de alguien. En este caso, la irresponsabilidad de los protagonistas. Son personajes que creen que la vida es chévere y que los problemas son fácilmente solucionables. Ellos se toman todo a la ligera, no les puede pasar nada. Pero es una percepción errada”, apuntó Arocha.

 Durante dos meses los actores Gabriel Agüero, Mariaelena González, Asdrúbal Blanco, Pedro Medina, Beatriz Sojo, Aisak Ovalles, Laura Machado y Jaime Silva se prepararon para dar vida a los complejos personajes que, por un error, arruinan su presente y futuro para siempre. De personas simples, se convierten en animales teñidos de negro embriagados por una tristeza absoluta.

El director comentó que lo más atractivo del texto fue el carácter crítico de la obra hacia la juventud. “Es una historia muy fea. Lo que le ocurre a ellos es desastroso, pero el verbo de la dramaturga es muy poético y eso hace que se vea desde otra dimensión esa tragedia. Es una crisis contemporánea, pero basada en la estructura griega, pero manejado de manera diferente”.

La noche se apodera de la escena. Los ruidos del bosque aumentan a la par que se encienden cigarros y las bebidas alcohólicas se sirven constantemente. Luego de cocinar una parrillada, y que los ánimos se encienden por un rato, se cansan de discutir y le ponen fin a la jornada. Es hora de dormir. Y un olor lo cambia todo.

 Las decisiones de los personajes frente a la vida y la muerte son inestables. Van y vienen porque, explica Arocha, son seres vulnerables. “En cualquier momento puede ocurrir un accidente. Pero lo importante es el efecto que tiene sobre las vidas de las víctimas, y cómo se sobreponen a las adversidades. Ellos tuvieron mucho valor, pero también se dejaron llevar por una parte aún  inmadura”.

 El director quiere transmitirle al público un mensaje claro: “La gente debe reflexionar sobre sus propias vidas. También debemos pensar que somos propensos a tener un accidente fatal que, a fin de cuentas, nos permita descubrir nuestra propia miseria. Sin embargo, creo que no debemos esperar a ese punto crítico, tenemos que pensar con la mente fría sobre cómo nuestras acciones pueden traer esta o aquella consecuencia”.

Negro, animal y tristeza

La Caja de Fósforos

Viernes 7:00 pm. Sábado y domingo 6:00 pm

Entrada: 6.600 bolívares


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