Solo varias cuerdas y una amplia sonrisa necesitaba Gustavo Márquez para transmitir los más variados sentimientos. Su interés por la música comenzó desde muy temprana edad, y el talento que demostraba lo llevó a tener, aunque breve, una gran carrera.

El joven músico fue diagnosticado con linfoma no Hodgkin en octubre de 2016. Desde entonces estuvo en tratamiento y se sometió a un trasplante de médula. Ayer, a los 28 años de edad, Gustavo Márquez falleció. Dejó un camino de éxitos profesionales.

David Peña, contrabajista de Ensamble Gurrufío, considera que el buen humor de Márquez fue un elemento fundamental durante los últimos meses. “Las veces que lo pude ver pasando por este mal momento siempre mantuvo el ánimo muy en alto. Nunca dejó de reír ni de hacer sus bromas y ocurrencias. Tenía buen ánimo y yo creo que eso ayudó mucho a que se mantuviera luchando”.

En cuanto a la vena artística de Márquez, Peña asegura que su talento era excepcional. “Era impresionante  la velocidad mental para crear en el momento, para improvisar y decir cosas con la música a través de su bajo”, recuerda el contrabajista. Y agrega: “Fue un muchacho genial y tenía por delante toda una vida, que sabíamos que estaría llena de éxitos y de buenas cosas”.

Márquez obtuvo el grado de licenciado en Música, mención composición, de la Universidad Experimental de las Artes. Fue bajista de C4 Trío desde 2014 y también formó parte del Aquiles Báez Trío y del Ensamble Vaäre.

Héctor Molina, de C4 Trío, dice que lo conoció desde muy joven, cuando Márquez formaba parte del Coro Infantil de Venezuela y desde entonces se podía notar su talento.

Molina explica que tras la partida de Rodner Padilla a Estados Unidos decidieron reclutar a Márquez. “Aunque veíamos que era muy jovencito, él era admirador de C4 Trío y de Rodner. Se montó en la música rápidamente, se sabía prácticamente todo nuestro repertorio. Inmediatamente hicimos muy buena química con él”, afirma Molina.

Para el cuatrista afirmar que Márquez fue una persona admirada y querida no es un cliché: “Lo hemos visto en todas las manifestaciones que ha habido durante la lucha de Gustavo con su enfermedad. Era sonriente y alegre, con buena disposición. Era una gran persona y amigo”.

“Era un muchacho genial, a su edad contaba con una enorme carrera, había tocado con los artistas más grandes de Venezuela y se paseó por muchísimos géneros. Era un músico muy completo y genial. Fuera de serie”, expresa Molina.


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