—¿Qué cuentos se oyen en España sobre Venezuela?

—Venezuela es la mamá de las fake news.

—¿Un título para el momento?

—Nunca nos rendiremos.

—¿El cuento de la revolución?

—El diente roto, de Pedro Emilio Coll.

—¿De la MUD?

—De cómo Panchito Mandefuá cenó con el Niño Jesús, de José Rafael Pocaterra.

—¿Del soberano?

—Los come-muertos, también de Pocaterra.

—¿Una lectura oportuna para el venezolano?

—Pensar a Venezuela, de José Balza.

—¿Qué tipo de personaje es el connacional?

—Un coctel a base de Santos Luzardo, doña Bárbara, Albertico Limonta y Eudomar Santos.

—¿Un autor revolucionario?

—Carlos Rangel.

—¿Cuándo y cómo metió su primer cuento?

—En un bar dije: “la última y nos vamos”.

—¿Se autocensura?

—No.

—¿Imagina una ley resorte para la literatura?

—Sí; algunos escritores se guindan tanto que rebotan.

—¿Qué escribiría en comunismo?

—Rebelión “por” la granja.

—¿Y en dictadura?

—Tirano Banderas, reloaded (recargado).

—¿Qué sale de un político escritor?

—Un árbol de tres (piches) raíces.

—¿Un político buen escritor?

—Rómulo Betancourt: multisápido siempre.

—¿Un buen escritor político?

—Francisco de Miranda.

—Si Gallegos viviera…

—Se moriría otra vez “sobre la misma tierra”.

—¿Una vida de best seller?

—Las vidas de los sobrinos.

—¿El cuento de hadas?

—“Si no acabo con los niños de la calle, me cambio el nombre”, por Anónimo.

—¿El cuento chino?

—Pero tenemos patria.

—¿El cuenta cuentos nacional?

—La cuenta-cuentos del CNE.

—¿Estimula el hambre a la musa?

—La deja como novia de pueblo: no te vistas, que no vas.

—¿La novela ideológica?

—¡Ah!, ¿pero eso existe?

—¿La fábula de nunca acabar?

—Zapatero, no nos falles.

—¿Un cuento de terror?

—Persecución y asesinato de Oscar Pérez.

—¿Un relato corto?

—“Esta noche te doy lo tuyo, Marisabel”.

—¿La fe de errata de la oposición?

—Falcón se escribe con H.

—¿Del régimen?

—“Copinscuo”, una acrobacia de Pedro Carreño.

—¿El cuento que nadie se come?

—Ser rico es malo.

—¿El cuento soñado?

—Venezuela, el secreto mejor guardado del Caribe.

—¿Un autor maltratado?

—Simón Bolívar.

—¿Qué ha ganado la narrativa venezolana en los últimos 19 años?

—Se ha internacionalizado.

—¿El aporte de la literatura de la “revolución bolivariana”?

—Demostró que las botas de los militares se pueden lamer en verso.

—¿Y antes de 1998?

—Que Laureano Vallenilla Lanz era abuelo de ellos.

—¿El poeta del proceso?

—Luis Alberto Crespo, rodilla en tierra hasta la Unesco.

—¿Y el de la oposición?

—Rafael Cadenas, sin duda. Y Eugenio Montejo, desde allá.

—¿El personaje inolvidable?

—Franklin Brito, un héroe.

—¿Supera la realidad venezolana a la ficción?

—La atraviesa y la desgarra.

—¿Sigue siendo realismo mágico la política venezolana?

—Los musiquitos que mueven más el pelo que la batuta: realismo mágico del bueno, como el gas.

—¿Qué lee?

—Todo.

—¿Un libro que cambió su vida?

—Platero y yo.

—¿Una obra en mente?

—Venezuela. Biografía de una resurrección.

—¿Qué tienen los escritores de profetas?

—Los escritores profetizan depa’trás.

—Su libro Biografía de un suicidio, ¿no incluye una premonición sobre la emigración?

—Más bien un destino cumplido.

—Gerardo Blyde dice que un país desaparece cuando sus ciudadanos quieren abandonarlo…

—…Y cuando el país los expulsa.

—Contra la corriente, ¿emigraría usted al país?

—¡Claro!: Valera es el centro del mundo.

—¿Lo más cuento de este cuento?

—Que ellos son de izquierda. Ajá. Y el lobo no se come a Caperucita.

—¿Por cuál capítulo va?

—Iba a comenzar uno, pero me lo expropiaron.

—¿Se pasará la página de la discordia?

—Pero antes de pasarla hay que leerla bien.

—¿El epílogo?

—“Lector: todo era un sueño”.

—¿Un prólogo para el porvenir?

—“Cuidado con lo que deseas: el universo te obligará a tragártelo”.

—¿Qué pasaría en Venezuela si las expectativas de salir de esta debacle quedasen en puro cuento?

—Releo esta pregunta y tiemblo. En serio.


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