En tiempos de crisis hay quienes deciden “vender pañuelos” para continuar el curso sus vidas, así lo aseguró Rosella Camacho, quien desde épocas de protestas y circunstancias difíciles decidió emprender con Le Duc, una marca de diseño venezolano.

“Fue un colapso, era un momento de crisis, no teníamos nada qué hacer y en ese momento tuve una visión. Dije: me deprimo, lloro o hago pañuelos’. Y tomé la decisión de hacer e inicié este proyecto”, aseguró Camacho para El Nacional Web.

Le Duc significa Las Duques, que es el apellido materno de Camacho, y que optó por traducirlo al francés. El proyecto empezó con apoyo de sus amigos y familiares, luego se fue expandiendo a algunos estados de Venezuela y a varios países.

“Empezamos a hacer una gira. Agarré mi carro y nos fuimos a cada uno de los centros comerciales de las ciudades más importantes. Así se empezó a dar la expansión. Luego viajamos a República Dominicana, Colombia, Panamá, Miami e hicimos la marca internacional”, detalló.

Camacho precisó que en un principio el proceso era de resistencia. Sin embargo, más adelante “todo fluyó”. “Tengo cinco años en el mercado y ya tenemos puntos de venta afuera. La receptividad ha sido maravillosa”.

Del emprendimiento a la ayuda

“Siempre he tenido esa intención de poder ayudar a quien pueda ayudar”, aseguró Camacho, quien, como parte de su crecimiento personal, empezó a repartir comida a las personas más necesitadas. Luego, esta iniciativa se unió con su emprendimiento para brindar apoyo social.

“No comenzamos con ropa sino con comida, algo personal, pero quisimos hacer un plus, con materia prima de nosotras y empezamos a reunirnos, a cortar ropa y poco a poco la gente se fue uniendo”, detalló Camacho al explicar la labor social que trabaja en conjunto con Fundaciones del estado Táchira para ayudar a  las niñas de la entidad.

Aseguró que segmetaron el mercado para instruir a las jóvenes. «Les damos un curso básico y les enseñamos». 

“Hay algunas que tienen esa habilidad, unas solo quieren la ropa  y otras solo desean aprender. A las últimas, las programamos para enseñarle cómo se hace. La ropa que estamos regalando la estamos haciendo con estas niñas en la fundación”, aseveró.

Camacho aseguró que la misión de Le Duc ha sido inspirar y motivar a todas las mujeres para que se conecten con su poder personal . “Ese trabajo en las fundaciones va mucho más allá de poderlas vestir, se trata de que reconozcan el valor personal y el talento que tienen”, dijo.

“Eso es maravilloso, te llena el alma porque estás dejando algo a la sociedad. Es un valor que estás aportando”, indicó.

La diseñadora envió un mensaje a las jóvenes venezolanas. Aseguró que estos tiempos tienen dos opciones: “La de sufrir o la de ser feliz con lo que sea que tengamos”.

“Mi sugerencia como emprendedora es enfocarse. Saber por qué, para qué lo voy a crear y cómo eso que voy a hacer hace que yo pueda cumplir mi misión de vida”, concluyó.


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