Las franelas de Gabriela Valladares con su marca Papusa hablan de pertenencia desde los estampados. “Cada vez lo tengo más presente. Ahora soy más radical en diseños relacionados con Venezuela”. Esa iniciativa suma doce años y es solo parte de los esmeros de esta diseñadora venezolana, que hace tres creo la tienda Siete al cubo junto a su pareja, el arquitecto Marcello Botto. En este espacio localizado en el Centro de Arte Los Galpones, en Los Chorros, Caracas, han logrado un lugar de encuentro para ofrecer objetos utilitarios diseñados en el país. Desde esa apuesta han alimentado lo que ahora les deja buen sabor. “Al principio pensábamos que no llenaríamos la tienda y comenzamos con 21 marcas. Hoy tenemos más de 100 propuestas”, comparte Valladares. Allí buscan calidad, aunque sean cantidades pequeñas de objetos, y pertenencia. “Es importante el tema de la identidad. Que sea algo que se hizo en Venezuela y que sea evidente que no es de otro lugar”, comparte Botto.

Desde esa vitrina han sido partícipes de un interesante movimiento. “Aquí se ha abierto un mundo impresionante de emprendimiento. Conseguimos piezas de muy buen diseño y hay una competencia sana, porque si hay algo bueno, los otros ven que sí se puede. El diseño venezolano es creativo y de alta factura”, asegura Valladares. Ellos, desde esa trinchera, apoyan a los que están en el camino: “Hay muchas cosas que no están pulidas y que solo les falta un toquecito para mostrar su potencial”, comparte Botto.

En el porvenir que anhelan y por el que trabajan desde su ámbito tienen algo claro: “El potencial humano es fundamental. El reconocimiento a los diseñadores es esencial. Ahora la gente ve el diseño nacional con orgullo y respeto”. De los tiempos difíciles que corren han hilvanado aprendizajes en plural. “Lo maravilloso de los venezolanos es el poder de creación, reinvención y solidaridad.  Creo que lo hemos aprendido. Ahora todos nos ayudamos”, constata Valladares. “Nos prestamos los remos porque queremos llegar al mismo lugar”.

Epígrafe

“Mucha gente sueña que Venezuela sea como antes. Yo anhelo que seamos mejores. Un país donde prevalezca la solidaridad y pensar en el bien común. Si nos responsabilizamos.


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