El actor mexicano Diego Luna estrena este viernes la cuarta temporada de Narcos, que explora los orígenes de la guerra contra la droga en México, y aseguró en una entrevista con Efe que su aspiración como actor es formar parte de un tipo de entretenimiento que haga reflexionar al espectador.

Espontáneo, amable y siempre con los pies en el suelo, el intérprete de 38 años acudió a la entrevista luego de una gira de promoción en la que visitó México, Fráncfort, Florencia, Bilbao, Singapur, Bombay y Los Ángeles.

 “Creo en el entretenimiento, pero aspiro a ser parte de un entretenimiento que te haga pensar y reflexionar; que invite a un debate necesario y te cuente las cosas desde otra perspectiva. La serie lo logra”, dijo.

En la serie, Kiki Camarena, miembro de la agencia estadounidense antidrogas (DEA), traslada a su esposa y su hijo de California a Guadalajara para asumir un nuevo cargo. Su presencia allí provocará una trágica cadena de eventos.

«Cuando la narrativa es solo de buenos contra malos es un error. Hay que hablar de un sistema de corrupción que ha llegado a todos los niveles de poder y de un mercado que no deja de crecer. Eso no lo hemos querido ver desde esa perspectiva. Mientras haya demanda, habrá oferta», apunta.

Luna es consciente de que series de este tipo glorificaron o enaltecieron a sus violentos protagonistas, pero el actor considera que Narcos: México “contextualiza y humaniza” a Félix Gallardo, el líder del cártel de Guadalajara.

“Como actor, uno no juzga al personaje. Debo encontrar los motivos que lo mueven. Como narrador, me interesa entender el contexto que puede dar un caso como el de Félix. Aquí se cuenta la oscuridad de estos personajes, la soledad y la ambición desmedida que los caracteriza”, declaró.

El artista reconoció que luego de que encarnara a un personaje así, ve cada vez más lejos la posibilidad de meterse en la piel de Tony Montana en una nueva versión de Scarface.


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