En el sector Las Quince Letras de Macuto, a 300 metros de la orilla del mar, hay una calle empinada que solo tiene un pequeño trecho pavimentado. Si se llega hasta el final por el camino de tierra se encontrará El Castillete, una casa construida piedra sobre piedra cuya entrada está cubierta por la sombra que brinda una mata de uva de playa. No hay un gran letrero que indique su nombre, sino dos rejas cerradas con candado –dobladas por el paso del tiempo y con un boquete– que limitan el paso a la que fue la última morada del maestro de la luz venezolano, Armando Reverón.

La estética de ese pequeño lugar de 27 x 27 metros que está ubicado en la costa varguense dista mucho de los 23.249 metros cuadrados que tiene el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, institución a la que le cambiaron el nombre por tercera vez y que ahora lleva el del pintor de Macuto.

El anuncio fue hecho por el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, el 3 de diciembre de 2017, durante la transmisión del programa dominical del presidente de la República.

Desde el sector artístico no tardaron en surgir las críticas a esa decisión. Aseguran que no existe una relación directa entre Reverón, catalogado como modernista, con las líneas estéticas de la contemporaneidad. Incluso, la institución posee dentro de su colección una única pieza del creador, Premio Nacional de Pintura 1953. Allí, además, solamente ha habido una exposición del artista con cuadros que pertenecían a la colección Alfredo Boulton y fue en los años ochenta, cuando Sofía Ímber dirigía el museo.

“Hay mucho menosprecio con respecto a lo popular. En el caso de Reverón está más que justificado que con su nombre se distinga una institución artística“, respondió Villegas, de acuerdo con una nota publicada el 12 de diciembre en El Universal.

El titular del despacho de Cultura solo tenía 39 días en el cargo cuando respondió a las críticas, por lo que no estuvo directamente relacionado con la organización de las cayapas fotográficas, encuentros con estudiantes de Unearte y talleres de formación artística que se han dictado desde 2014 en el sector Las Quince Letras de Macuto, cuya comunidad reconoce a la casa de Reverón como una institución para el fomento de las artes desde agosto de 1972, cuando Juanita, musa del pintor y último habitante del hogar, falleció.

Consejo comunal cultural. “Nos sorprendió mucho que le pusieran ese nombre a ese museo, cuando aquí está la memoria viva de Reverón”, dijo la presidente del consejo comunal Castillete Armando Reverón, Belkys Reyes, quien desde la década de los ochenta protege el legado del maestro. “Desde que existía el Conac la comunidad está atenta a lo que sucede con esa casa. Después del deslave de 1999 ayudamos a la reconstrucción y seguimos buscando apoyo para hacer un museo. En 2014 nos aprobaron los recursos y ya falta poco para inaugurar. Hay que terminar dos habitaciones por dentro e instalar el sistema eléctrico”, agrega Reyes.

Ana Alejandrina Reyes, Adán Chávez, Freddy Ñáñez y Reinaldo Iturriza han sido los funcionarios nombrados como ministros de Cultura desde 2014, cuando se aprobó un presupuesto de 34.671.210 bolívares para la empresa Construcciones Valda 2001, que ganó la licitación cerrada que realizó el Instituto de Patrimonio Cultural en abril de ese año para la restauración de El Castillete, que fue la morada del pintor de Macuto desde 1921. En la entrada de la calle donde está la casa aún está la valla gubernamental que describe la obra, en la que a pesar del óxido que la recubre aún se puede leer que el número de contrato es CJ-057/15.

En febrero de 2016 se anunció en medios oficiales que la obra estaba 70% lista y que podría ser inaugurada para conmemorar el Día del Artista Plástico, el 10 de mayo, cuando se celebrarían además 127 años del natalicio de Reverón. Cuando se cumplió el plazo ratificaron que los trabajos estaban 90% terminados, pero la noticia fue otra: los restos del maestro de la luz serían trasladados desde el Cementerio General del Sur al Panteón Nacional. En el hogar de 27 x 27 metros de Macuto solo se colocó una ofrenda floral.

Un año después no han concluido las obras y no se tiene una fecha de inauguración precisa. “Falta muy poco, pero aquí en la comunidad suponemos que el cambio reiterado de ministros puede haber afectado la toma de decisiones concretas”, piensa Reyes, representante de una comunidad de 152 familias que esperan verse beneficiadas por la apertura de una institución cultural en la zona.

De acuerdo con la directiva del Instituto de Patrimonio Cultural, hay diversos planes para el desarrollo de la obra; sin embargo, para la fecha de publicación de este trabajo el ente gubernamental no había respondido la solicitud de información.

El maestro de la luz

Armando Julio Reverón Travieso nació en Caracas en 1889 y falleció en el Sanatorio San Jorge el 18 de septiembre de 1954. Es uno de los más reconocidos pintores latinoamericanos del siglo XX y todas sus obras han sido declaradas bienes culturales de Venezuela. Hasta la fecha es elúnico artista venezolano al que el Museo de Arte Moderno de Nueva York le ha dedicado una retrospectiva. La trascendencia de su creación artística, que es principalmente recordada por el manejo de la luz a través del color, ha quedado inmortalizada en numerosas reproducciones de los cuadros que incluso se exponen en los vagones del Metro de Caracas. Su vida fue narrada en un película que se estrenó en 2011 y que estuvo protagonizada por Luigi Sciamanna y dirigida por Diego Rísquez. Fue pionero en el ensamblaje artístico, la instalación y la escultura textil. Muchas de sus piezas más conocidas fueron creadas después que se estableció en El Castillete.


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