Andrés Eloy Méndez, director de Conatel, encendió las alarmas cuando el 18 de mayo aseguró que “las redes sociales se han convertido en herramienta cómplice del accionar terrorista”.

La censura a los medios electrónicos pareciera inminente, aunque el investigador Carlos Jiménez señala que es imposible lograr un bloqueo total de las redes. Recuerda que en China, donde existe un férreo control del ciberespacio, hay quienes navegan en páginas prohibidas y que el gobierno de Venezuela no ha podido impedir el acceso a sitios como Dólar Today. 
El presidente de Tendencias Digitales revela, además, que ante la opacidad en la televisión los ciudadanos consumen información a través de Twitter.

—¿Es posible que Conatel bloquee el acceso a las redes sociales?

—En el tema del control de los medios digitales hay varios niveles. Desde la autocensura hasta lo que es un control más estricto. Cuando hay amenazas, evidentemente los usuarios se asustan y se autorregulan. A la gente le da miedo omitir una opinión en un país donde cualquiera está sujeto a represalias: desde que no te entreguen un documento hasta que te vayan a buscar a tu casa son posibilidades latentes. Hay quienes asumen el riesgo, otros evitan opinar. Otros tantos tienen mecanismos como crear cuentas con seudónimos y navegar con VPN. Esa es una parte del control: generar miedo. Otra manera de hacerlo es no tener un ambiente que favorezca el crecimiento de Internet. Así que el control es una especie de pirámide: la autocensura es el primer nivel; el otro es que hay mucha gente que no tiene acceso a Internet; le sigue la calidad del ancho de banda –Venezuela es de los últimos países de la región– y luego está el nivel de censura técnica, que es lo que sucede en China, por ejemplo, donde impiden entrar a ciertas páginas.

—Hasta ahora no han logrado bloquear páginas como NTN24. De alguna manera, Venezuela está llegando tarde a la censura de las redes, no como en China, donde los mecanismos de control evolucionaron junto con el crecimiento de Internet.

—En teoría es posible censurar y bloquear todas las páginas. Obviamente, en la práctica es muy complicado evitar que en un país nadie se conecte. Incluso en China navegan, en Cuba también navegan en páginas prohibidas. La televisión abierta opera bajo una concesión y el Estado puede revocarla, en cambio Internet es descentralizado. Los medios en Internet son una especie de Viet Cong, una guerra de guerrillas. Por eso la gente siempre va a buscar la manera de evadir la censura. ¿Van a poder controlar totalmente Internet? No. Un bloqueo total de Internet es imposible, pero sí hay un daño importante en las masas.

—En el mundo ha cambiado la manera de consumir información, ¿cómo es el comportamiento en el país?

—En el último estudio que realizamos entre usuarios de Internet, 78% evaluó negativamente el acceso a la información. También hicimos hallazgos importantes, como que el primer medio para informarse es Twitter, con 75% de preferencia; su atributo fundamental es la rapidez. En segundo lugar está Whatsapp, con 72%; este tiene un atributo muy importante, que es la capacidad de compartir, su potencial viral es el más alto. En tercer lugar aparecen lo sitios web noticiosos y ahí coexisten las marcas tradicionales y las más nuevas. En la lista siguen Instagram (62%), Facebook (56%), Youtube (37%), la radio (28%), la televisión paga (26%) y Periscope (23%). Aparecen incluso los SMS (15%) y el boca a boca.

—¿Hay alguna segmentación por edades?

—Todavía no lo hemos analizado, aunque la tendencia es que una red como Instagram es más para los jóvenes, mientras que Twitter es para la generación X. Facebook y Whatsapp son masivos porque sus niveles de penetración son muy altos.

—Ante ese número revelador sobre el uso de Twitter, ¿cómo hace un ciudadano para hacer una curaduría de su cuenta y mantenerse informado? ¿Qué hay que valorar?

—Twitter tiene cosas maravillosas, pero hay que aprender a identificar cuáles son los usuarios con credibilidad. Mi recomendación es en principio dudar de cuentas que usen seudónimos o que no tengan foto de perfil. Hay que conocer cuáles son las de los medios tradicionales, de periodistas con trayectoria. Hay que crear listas de personas creíbles. Es exactamente como se hacía antes con los medios tradicionales: sabías con qué noticiero te sentías más cómodo o qué firma buscar dentro de un periódico. Hay que verificar fuente, hora, lugar. También hay una responsabilidad como usuario y es verificar antes de compartir la información.

Crecimiento nulo o limitado

De acuerdo con Carlos Jiménez, 55% de venezolanos tiene acceso a Internet, lo que representa un aproximado de 17,2 millones de personas. Sin embargo, en los últimos 2 años el crecimiento ha sido limitado, en tanto el porcentaje de personas navegando en la web fue de 53% en 2015 y 2016.

“Eso sucede en un país con crisis, en el que el sector telecomunicaciones no tiene condiciones para realizar inversiones para crecer y atender la demanda que existe”, dice.

Jiménez también señala que está técnicamente demostrado que el gobierno de Venezuela usa cuentas falsas para posicionar etiquetas artificiosas. “Creemos que es un laboratorio por el tipo de mensajes y porque salen miles por segundo desde una misma cuenta”, expresa.


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