El Estudio 5 de Venevisión está abarrotado. Es pequeño para la cantidad de público que quiere ver la 65° edición del Miss Venezuela. El primero sin la presencia de Osmel Sousa, el llamado Zar de la belleza. “Apretados, pero felices”, dice una persona del público.

La gente que quiere levantarse para tomar fotos debe ser cuidadosa: “Amigo, siéntese. No se ponga ahí que le puedo pegar con la grúa”, advierte el técnico que maneja el aparato.

Los fotógrafos, para lograr buenas capturas, están de pie sobre las sillas y también le piden al público que no se levante. “Después que no se quejen si no sale bien la ganadora”, expresa uno entre risas.

En la primera fila está Nina Sicilia, gerente general del comité ejecutivo del Miss Venezuela. Sonriente y radiante. Y cómo no. En pocos meses, junto con su equipo, ha reorganizado una institución acusada de corrupción. Miss International 1985 se levanta tres veces para tomarse selfies frente a la tarima.

De un lado a otro camina Ricardo Di Salvatore, productor de la gala. Cada movimiento que hace es para asegurarse de que las imágenes aparezcan perfectas en vivo. “Siguiendo el libreto, muchachos”, ordena.

A la izquierda están ubicados los jueces, entre los que destacan los cantantes Sixto Rein y Juan Miguel y la directora de orquesta Elisa Vegas.

La gala transcurre sin contratiempos. Empieza puntual, a las 7:00 pm, y termina cuatro horas después.

De las presentaciones hay que destacar el opening: Vocus, agrupación que canta a capela, hace un collage de canciones de Franco de Vita para darle entrada a las 24 candidatas, que interpretan a coro el tema “Una noche tan linda como esta”.

Omar Enrique homenajea al dominicano Juan Luis Guerra, a quien considera una de sus mayores influencias.

También hay un tributo especial para el maestro Juan Vicente Torrealba, que en febrero cumplió 101 años de edad. Annaé y Anastasia Torrealba, su nieta y bisnieta respectivamente, así como Dani Barón, el arpista Johnny Jiménez Lion Lázaro, el grupo Los Torrealberos y el Ballet Nacionalista del Zulia interpretan clásicos como “Concierto de la llanura” y “Muchacha de ojazos negros”.

El cierre está en manos de Tomas The Latin Boy junto a la Dimensión Latina, en una presentación que incluye fuegos artificiales.

Este año, como se había prometido, hubo insistencia en destacar el talento y las capacidades de las misses, más allá de la belleza. En varias ocasiones, el animador Henry Silva lo dijo: “Este es un concurso que resalta el talento”.

La ganadora del certamen, Isabella Rodríguez, que llevó la banda de Miss Portuguesa, destacó por su carisma y habló con orgullo del lugar de donde viene: el barrio José Félix Ribas, en Petare. “Tengo 25 años viviendo ahí. Para mí es un orgullo resaltarlo porque soy un ejemplo. Definitivamente, los buenos somos más. Queremos seguir soñando y triunfando. Ahora quizás las niñas de Petare querrán ser Miss Venezuela. De Petare para el mundo”, expresó con la corona bautizada como “La sucursal del cielo” por la orfebre Mila Toledo.

Su respuesta en la ronda final fue, de hecho, dirigida al popular sector: “El poder ser un ejemplo en el José Félix Ribas, zona 7, ya lo tengo con las niñas que admiran mi participación en el Miss Venezuela”.

La primera finalista fue Miss Yaracuy Alondra Echeverría, y la segunda Oricia Domínguez, representante de Táchira.

El padre de la ganadora, Julio Rodríguez, recordó que hubo días en los que se levantaba a las 3:00 am o 4:00 am para ayudarla a planchar la ropa y prepararle la comida. “Fue fuerte para mí, pero era importante apoyarla. Todo ese esfuerzo, gracias a Dios, valió la pena”.

Isabel Guzmán de Rodríguez, madre de la Miss Venezuela 2018, recalcó el amor que siente la ganadora de 25 años de edad por el lugar donde vive. “Allá la admiran. Ahorita la fiesta está prendida. Nos están esperando con esta corona”, afirmó.


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