Los animales son una de las mejores compañías e incluso parte de la familia, pero ¿podrían llevar una vida privada? ¿Qué pasa cuando un perro se cree guardián del hogar, de los hijos, y sufre por ello? La respuesta a estas interrogantes se encuentra en el filme La vida secreta de tus mascotas 2, que está en cartelera.

Chris Renaud dirige la secuela del filme homónimo de 2016. En esta oportunidad, se trata de tres historias sobre un interesante grupo de mascotas neoyorquinas. Max y Duke, los dos perros de Katie, ahora comparten la atención de su dueña con el nuevo bebé de la casa, Liam. De pronto, Max siente la responsabilidad de cuidar del pequeño y le dan ataques de ansiedad. Por otra parte, Snowball sufre delirios de superhéroe y Gidget, junto con Chloe, deben demostrar su valentía para poder recuperar el juguete favorito de Max.

La locutora y presentadora Ana María Simon presta su voz, de nuevo, a Chloe, una gata que se mete en líos junto con Max y el resto de los personajes. Desde el metro de Madrid, la también actriz cuenta cómo fue la experiencia de darle voz al personaje en esta nueva cinta de Illumination y Universal Pictures.

Simon afirma que este doblaje fue muy diferente del anterior porque se encontraba lejos del estudio. Sin embargo, pudo hacerlo gracias a la ayuda que le ofreció el director de la cinta a través de Skype. Las grabaciones las hizo en un estudio de Madrid: “Pensé que iba a ser un proceso engorroso, pero resultó muy cómodo y muy grato. El guion y la historia son una maravilla. Lo que hicimos fue darle continuidad al trabajo anterior, solo que con la ayuda de la tecnología. Fue una experiencia increíble”.

Y otra persona que inspiró el trabajo de Simon fue su hija Micaela, de 7 años de edad. La ayudó a canalizar la interpretación: cada vez que jugaba con sus peluches, les daba una voz diferente y eso, dice la actriz, la llevó a desarrollar mejor la personalidad de Chloe.  “Ser la voz de un personaje animado es todo un desafío, ya que se trata de un mundo fantasioso que debe ser lo suficientemente real para que la gente lo crea”, asegura Simon.

Chloe, afirma la actriz, es una gata independiente y honesta. Como ella, es sincera y no tiene filtro para decir las cosas.   

En La vida secreta de tus mascotas 2 su personaje tiene un poco más de participación que en la primera película, siempre sarcástica y libre. Aunque Simon es alérgica a los gatos, le gustaría tener uno y, con respecto a Chloe, se siente identificada, pues ambas aman la comida.  “Yo me controlo ja, ja, ja. Ella no”, dice.

—¿Le gustaría seguir prestando su voz a personajes animados?

—Me encantaría. De hecho, cuando grabé la primera vez quedé con muchas ganas de continuar, pero por cuestiones de trabajo y de viaje no pude seguir. Ahora, cuando me llamaron para esta segunda entrega, me alegré mucho porque pude volver a darle vida a un personaje que ya conocía.

Desde hace un año, Madrid es el hogar de Simon y su hija: “La verdad, no me sentía a gusto en Miami, pero fue allá donde cometí todos los errores necesarios, todos los tropezones que tenía que darme para poder llegar a donde estoy ahora. Creo que estoy más centrada, entiendo mucho mejor el asunto de la migración y sé qué precauciones tomar. Si no puedo estar en Caracas por los momentos, mi mundo está en Madrid”.

—¿Hay solidaridad entre los venezolanos en Madrid?

—Muchísima. Es una ciudad que ha recibido a cientos de venezolanos últimamente, nos ha abierto las puertas. Además, entre todos nos ayudamos, compartimos información y nos unimos como comunidad. Ahora, uno como inmigrante tiene que entender que su deber es integrarse a la sociedad, no cambiarla.

Una vez que se estableció en España, Simon creó una productora junto con algunos amigos. Este es el proyecto al que se entrega completamente hoy en día; espera, en un futuro, que sea fructífero y que se convierta en una ventana para artistas venezolanos, españoles e internacionales en Madrid. “Solo me concentro en una cosa. Uno de los problemas al emigrar es la dispersión, pero es un error: hay que evitar desviarse de las metas concretas”, confiesa.

No  visita Venezuela, donde vive su familia, desde 2015: “Creo que desde la distancia el país duele más. Veo que estamos a punto de tocar un fondo gravísimo; pero quizás es necesario para agarrar impulso y salir adelante. Sé que la crisis no será para siempre. El final está más cerca, y cuando llegue ese día, será nuestro turno de reconstruir el país”. 


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